Coca–Cola pone el foco en la sostenibilidad de su área industrial: calidad del manantial al hogar

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Coca–Cola ha realizado un notable esfuerzo inversor para hacer que toda su cadena de valor sea medio ambiental y socialmente sostenible, desde el aprovisionamiento de materias primas hasta la llegada del producto a bares, comercios y hogares.

Uno de los aspectos más relevantes es la monitorización que Coca-Cola hace de la calidad de su producto con el objeto de conseguir los mayores estándares y responder, así, a las necesidades de sus clientes en un entorno de mercado cambiante, poniendo en el centro de sus actividades al consumidor.

Pero comencemos por el principio: la obtención de la principal materia prima para elaborar la Coca–Cola: el líquido elemento, el agua. Los manantiales desempeñan una labor fundamental en el desarrollo del negocio de la compañía y están muy relacionados con su historia como embotellador.

“La protección del agua resulta clave para nosotros, por lo que los manantiales se encuentran en zonas de baja actividad humana para la conservación de los acuíferos. Asimismo, jugamos un importante papel en el desarrollo de las comunidades en las que operamos, siendo zonas en las que hay un bajo nivel de industrialización”, señalan fuentes del grupo.

Por su parte, las plantas de producción de Coca–Cola realizan acciones destinadas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, limitan el consumo de energía apostando, además, por fuentes renovables y, con ello, contribuyen a reducir la huella de carbono de la compañía. Además, con esta estrategia de sostenibilidad apoyan la cultura de la innovación. 

En esta línea es importante destacar como, en el proceso de producción, los envases se convierten en protagonistas de la apuesta de Coca-Cola por la investigación y desarrollo de nuevos envases que apuesten por la sostenibilidad, ya que con su renovación se consigue reducir la generación de residuos y fomentar la economía circular.

 

Coca-Cola en España, destaca también por su capacidad de adaptación al mercado e inversión en huella local a través de la participación de empresas de cada uno de los territorios en su cadena de valor. Porque sólo con las mejores materias primas, el packaging adecuado para cada producto y dándole importancia a todos los recursos y fases de la cadena de suministro se pueden producir y distribuir millones de productos a clientes y consumidores. Todo ello sin olvidar que participando y apostando por la comunidad se obtienen los mejores resultados financieros y sociales.

El gran reto que se plantea Coca-Cola es aunar producción con el máximo respeto al medioambiente y la garantía de mantenimiento de la calidad. En este sentido, y en el marco de sus compromisos globales con la sostenibilidad, Coca-Cola está poniendo especial énfasis en la estrategia ambiental en torno a la reducción del impacto que sus actividades tiene en el entorno natural. Para ello ha establecido una estrategia ambiental en torno a cuatro ejes de cadena de valor: envases, agua, clima y agricultura sostenible. Es en el primer eje en el que se inscriben los avances obtenidos en materia de reducción y valorización (reciclaje o reutilización) de residuos.

En el periodo 2010-2016, se redujo el ratio de generación de residuos por litro de producto fabricado en un 35%, lo que evitó la generación de más de 28.000 toneladas de residuos. En el mismo se disminuyó en un 66% la cantidad de residuos cuyo destino era el vertedero. Hoy, el 92% de los residuos generados en las plantas de Coca-Cola se reciclan o reutilizan.

Además, el objetivo para 2020 es alcanzar el 95% de la valorización total de los residuos generados.

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