Los Bettencourt presionan a Nestlé para que le venda el 23% de L’Oréal tras la muerte de la matriarca

L'Oréal
Liliane Bettercourt, heredera del imperio L'Oréal (Foto. Getty)
María Villardón

La muerte de Liliane Bettencourt abre la batalla en el seno de L’Oréal. La familia de la heredera y la suiza Nestlé tenían un pacto para no aumentar su participación en la compañía cosmética mientras viviera la hija del fundador ni durante los seis meses posteriores a su fallecimiento. La pregunta que ronda ahora por los mentideros es cuál será el movimiento de Nestlé ahora, aunque los analistas concluyen que todo dependerá de la actitud que tengan los herederos de Bettencourt.

El fallecimiento de la matriarca podría traer dos consecuencias: o una adquisición o una recompra de acciones. Los títulos de la francesa han tenido un buen comportamiento este viernes en la Bolsa gala con rebotes de casi un 2,5%. Las especulaciones sobre el futuro del accionariado de L’Oréal está sobre la mesa y los expertos están haciendo sus apuestas, diversas, en cualquier caso.

No se conoce cuál será la decisión de la compañía de alimentación, sin embargo, según varios medios galos, la suiza ya ha recibido presiones por parte de algunos de sus accionistas para que se deshaga de su participación en L’Oréal, como fue el caso del activista y fundador de Third Point, Dan Loeb que posee un 1,3% del capital de Nestlé.

En ese momento, el presidente de la compañía de alimentación, Mar Schneider, se negó alegando que L’Oréal era altamente estratégica y que no había urgencia para alterar la relación entre ambas partes. Sin embargo, la muerte de la dama de la cosmética podría dar un giro a los acontecimientos empresariales. “No es el momento adecuado para hacer más comentarios”, decían este jueves desde Nestlé.

Es un secreto a voces que los Bettercourt nunca han querido perder el control de la compañía familiar, sin embargo, para llevar a cabo una operación de compra tendrían que hacer desinversiones en otras compañías. La gala podría vender su participación del 9,4% en la farmacéutica francesa Sanofi, según los analistas de Natixis.
Por su parte, desde JP Morgan defienden que Nestlé podría ceder a las presiones de los Bettencourt y terminar vendiendo su 23%, un hecho que no parece improbable ya que en 2014 ya se deshizo de una participación del 8%.

Además, como en toda saga familiar, los movimientos empresariales se aliñan de aires couché. En 2008 decidió regalar al fotógrafo François Marie Barnier, considerado por la filántropa como “un hijo”, alrededor de 1.000 millones de euros. Ante la generosa donación, Francois Betterncourt recurrió a los tribunales para pedir su incapacitación legal.  

Bettencourt era, junto a Nestlé, una de las principales accionistas del gigante cosmético fundado por su padre Eugène Schueller a principios del S.XX. Una gran compañía que heredó en 1957 convirtiéndose en la principal accionista y que en 1963 decidió sacar a cotizar en Bolsa. Actualmente tiene una capitalización de más de 100.000 millones de euros con la acción a casi 150 euros. En los años 70, intercambió parte de su participación en L’Oréal por un 3% en Nestlé.

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