Las agencias de 'rating' sitúan la solvencia del país en 'bono basura'

El futuro de Santander, Telefónica y Mapfre en Brasil depende de la reforma de la Seguridad Social

Brasil
(Foto: GETTY)

La mayor preocupación en estos momentos de grandes empresas del Ibex como Santander, Telefónica o Mapfre no está en la evolución económica española, sino en la capacidad que tendrá el Gobierno de Brasil para sacar adelante su reforma laboral y la del sistema de pensiones.

Sólo si el presidente Michel Temer tiene el respaldo político suficiente para evitar ser destituido y aprobar las citadas reformas, las agencias de calificación (rating) elevarán la nota que asignan a Brasil y permitirán respirar tranquilas a las multinacionales españolas que cuyas cuentas de resultados dependen de la evolución del país latinoamericano.

El peso de Brasil en el negocio de estas empresas es muy importante. En el caso del banco que preside Ana Botín el porcentaje del beneficio total que el grupo genera en este país es del 26%, siendo el primer mercado en aportación al resultado neto, por encima de España.

En cuanto a Telefónica, su actividad en Brasil le aporta una quinta parte de los ingresos totales, mientras que en el caso de Mapfre el país latinoamericano se ha convertido en su segundo mercado por beneficio y primas, con un 20% del total. Otras empresas españolas con importantes intereses en Brasil son Gas Natural, Abertis, Indra, Iberdrola, DIA y Prosegur.

La inestabilidad de Gobierno se deriva de una denuncia por corrupción presentada por la Fiscalía contra el presidente que se está tramitando en una comisión de la Cámara de Diputados brasileña, que a partir de este semana debatirá el caso. Si la denuncia es admitida por dos tercios de los diputados, la Corte Suprema quedará autorizada para iniciar un juicio penal contra Temer, que sería suspendido durante los 180 días que duraría el proceso.

La vacante sería cubierta por el presidente de la Cámara baja, Rodrigo Maia, pero si hubiera una sentencia condenatoria Temer sería destituido y el Parlamento escogería a quien completaría el actual período presidencial, que vence el 1 de enero de 2019.

“Estamos llegando a un punto de falta de gobernabilidad, por lo que es necesario que haya un acuerdo para dar la estabilidad mínima necesaria para llegar a las elecciones» previstas para octubre de 2018, ha declarado el presidente del PSDB, Tasso Jereissati. Esta formación tiene 46 escaños y es la principal fuerzas en la que el presidente se apoya para impedir ser apartado de la presidencia.

Esta incertidumbre política es uno de los principales quebraderos de cabeza de las multinacionales del Ibex que confían en el mantenimiento del actual Gobierno para continuar con la agenda de reformas estructurales en el terreno económico. Temer ya ha logrado aprobar una norma para limitar el incremento del gasto público y ahora tiene sobre la mesa la reforma laboral y la del sistema de pensiones.

“Aunque la situación política sigue siendo delicada ante los problemas judiciales que  afronta el presidente Temer, no parece que su puesto vaya a peligrar en los próximos tiempos, pues parece disponer de más de un tercio de apoyos en el Senado. Son necesarios dos tercios para aceptar la petición del fiscal general (de procesar al presidente. Temer y su partido (el PMDB), junto con la base aliada, serán los encargados de sacar adelante las dos reformas pendientes (Seguridad Social y reforma laboral)”, explica Alex Fusté, economista jefe global de Andbank.

Si el presidente logra evitar su procesamiento por corrupción y se mantiene en el cargo podría sacar adelante la reforma laboral este mes de julio, dejando la verdadera patata caliente (la modificación normativa de la Seguridad Social) para más adelante porque requeriría de un consenso del que ahora no dispone.

En caso de que la reforma de las pensiones  no sea aprobada este año, las agencias de rating probablemente recorten la calificación del país (que ya perdió el año pasado la categoría de grado de inversión, cayendo en el bono basura), lo que debería suponer un golpe para los activos brasileños”, explica Fusté, tras recordar que “la actividad económica está mejorando y la agricultura experimentando un auge: el PIB creció un 1% en el primer trimestre, con contribuciones notables de agricultura e inventarios. No obstante, se prevé que el crecimiento del PIB rondará el 0,3% en el segundo trimestre y que sea prácticamente nulo en el conjunto de 2017”.

Las buenas noticias vienen de la mano de los precios, ya que a pesar del bajo ritmo del crecimiento económico la inflación ha experimentado una notable mejoría, dejando atrás el periodo de hiperinflación, lo que ha llevado incluso al banco central a rebajar el objetivo oficial de inflación por debajo del 4,5%. Fusté considera que “ello redunda positivamente en las rentas reales, y favorece la acción del banco central para seguir bajando tipos a ritmos de 100 puntos básicos, algo que ayuda de forma importante a las dinámicas domésticas de credito y consumo.”

Sin embargo, para que el banco central cumpla las expectativas del economista jefe global de Andbank se tiene que eliminar, o al menos reducir, la incertidumbre política. El Comité de Política Monetaria del Banco Central de Brasil (COPOM) ha ralentizado en los últimos tiempos el ritmo de las rebajas de tipos de interés por temor a una escalada vendedora de la divisa (el real) y de los bonos del Tesoro brasileño.

«Cualquier flexibilización adicional dependerá del programa fiscal del gobierno, que ahora está amenazado en el Congreso por la crisis política. El ministro de Hacienda de Brasil, Henrique Meirelles afirma que, superada la crisis política, con el rechazo del plenario de procesar a Temer, se podrá retomar la agenda de reformas y votar la reforma de la Seguridad Social. Nuestra postura es la de cautela a corto plazo pero positivos a medio plazo”, concluye Fusté.

Lo último en Economía

Últimas noticias