Los empresarios denuncian la ley del silencio de Puigdemont: «Prohibido criticar el independentismo»

Puigdemont
Mas saluda al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont (Foto: EFE).
Borja Jiménez

Los empresarios catalanes no sufren una extorsión directa, no hablamos de la mafia; pero sí se ven sometidos a una ‘presión’ que surge a partir de la necesidad de estas compañías de pedir a la Generalitat de Carles Puigdemont distintos permisos que, si no se es afín a la ideología nacionalista, pueden tardar más de la cuenta en concederse.

No lo dice OKDIARIO, sino que lo viene denunciando Josep Bou, presidente de Empresarios de Cataluña, desde hace un tiempo. El entrenador del Manchester City y ex técnico del Fútbol Club Barcelona, Pep Guardiola, dejó caer recientemente que los empresarios catalanes se sentían perseguidos y oprimidos por una cuestión política y policial. Bou, sin embargo, cree que el empresariado catalán “no se atreve a abrir la boca porque sabe perfectamente que el nacionalismo está instalado en las instituciones catalanas”.

A fin de cuentas, un empresario tiene que solicitar distintos permisos a la Generalitat. Permisos para poder comercializar, industrializar, lograr licencias, controles, inspecciones… De este modo, los empresarios se ven anclados a la ideología nacionalista que abandera Carles Puigdemont.

“Claro que ocurren cosas como en Decathlon, ya se lo garantizo yo. El problema es que no pueden hablar. Este Gobierno ha abandonado los principios de legalidad, se ha instalado en defensa de una ideología nacionalista, y está empleando las instituciones y los medios de comunicación públicos a su alcance”, señalaba en una entrevista reciente a OKDIARIO el propio Bou.

Cartel promocional de Decathlon.

Para muestra un botón, o mejor dicho, un chándal de Decathlon; empresa francesa que se ha mostrado a merced del independentismo discriminando lingüísticamente a los que no hablan catalán. Y es que no es cuestión de ‘buscar las cosquillas’, tal y como algunos tuiteros acusan a este medio de hacer con el tema catalán, es cuestión de lógica: los catalanes pueden entender el castellano, los no ‘catalanoparlantes’ no pueden entender todo el catalán.

Sea como fuere, los empresarios catalanes, sean o no independentistas, no tienen la libertad absoluta de mostrar su ideología si no quieren tener problemas (o atrasos) a la hora de la burocracia empresarial con la Generalitat. Así, por lo menos, lo denuncia quien se sienta a diario con distintos empresarios catalanes, Josep Bou, que, por cierto, todavía está esperando la llamada del ‘ocupado’ Carles Puigdemont.

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