El director de auditoría de Blanco denuncia a la empresa por fraude a la Seguridad Social

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María Villardón

El director de Auditoria Interna de Blanco denunció ante la Inspección de Trabajo a la compañía textil propiedad del fondo Alhokair por fraude a la Seguridad Social. En la denuncia, a la que ha tenido acceso OKDIARIO, se señala que en una auditoría practicada en octubre de 2015 “se localizaron deficiencias potenciales en la cotización, contratos y permisos de trabajo de los empleados”. Una situación que no se subsanó, a pesar de “haberlo puesto en conocimiento del apoderado de la empresa y el director financiero”, según reza el documento.

Un episodio más en la historia interminable de Blanco. El director de Auditoria Interna comenzó a trabajar en la textil en junio de 2015 cuando aún era propiedad del ‘holding’ saudita Alhokair, recordemos que solo un año después la sociedad Global Leiva (Blanco) se traspasó a AC Modus, un fondo calificado de buitre por el sector.

En uno de los ejercicios de auditoria interna practicados a Blanco en octubre de 2015 “se localizaron deficiencias potenciales en la cotización de los empleados, requisitos de contratación y permisos de trabajo” de acuerdo a la legalidad de la UE, según reza la denuncia.

Aunque el fraude a la Seguridad Social ya lo veía venir antes de examinar detalladamente la empresa, sobre todo a juzgar por los incesantes mails que el auditor manda a los directivos de Global Leiva. En las misivas electrónicas les avisa de manera incesante de que “los asociados y empleados de la empresa no pueden trabajar sin cotizar y no pueden dejar de pagar impuestos en España”.

El auditor, como es su competencia, comunicó esta ilegal situación a la cúpula directiva, tanto al CEO de la compañía, Stephen Craig, como al director financiero, Nuno Ferreira.

La situación fuera de la ley no se solucionó a pesar de que la dirección era consciente de ella, no solo el auditor interno les había avisado, también lo hicieron desde recursos humanos y los sindicatos, según la denuncia a la que ha tenido acceso este periódico.

Los empleados seguían sin ser regularizados y, por ende, no cotizaban a la Seguridad Social. Por ello, respetando el código de ética de la asociación internacional de auditoria, el auditor puso todo el asunto en manos de la Inspección de Trabajo. Una denuncia que se subsanó con una multa, aunque nunca se ejecutó porque la dirección terminó rectificando.

El mismo documento señala que “desconoce si los empleados extranjeros” de Blanco “han solicitado el correspondiente permiso de trabajo” y asegura que, a pesar de ser el auditor, “no tiene capacidad de comprobación” porque, alega, “carece de justificación documental”.

Blanco contrata a un Chef para la empresa de moda

Entre los empleados contratados sobre los que se cierne la duda está la incorporación de un curioso perfil. En agosto de 2015 el CEO contrata al británico M.O. como Chef de la cocina de Global Leiva. Una contratación, según el documento, que se produjo “de manera inadecuada porque no se encontraba en el plan de viabilidad adoptado por la empresa en el ERE”. También se desconoce si tiene permiso laboral.

En una situación parecida se encuentra P.G. que “actúa como profesor de inglés a partir de agosto 2015. Además, añade que tampoco consta que se “encuentre en situación de alta en la Seguridad social ni disponga de permiso de trabajo o residencia en España”. El mismo mes comienza a desempeñar funciones de directora creativa A.M. y también se desconoce, tal como dice la denuncia, si está dada de alta o tiene el permiso de trabajo en orden.

Concurso de acreedores y liquidación

Hace tiempo que las cosas no iban bien en las cuentas de Blanco, en 2012 comenzaron los números rojos y en 2013 declaró el primer concurso de acreedores de su historia llevándose por delante más de 700 puestos de trabajo. En 2014 Blanco acabó en las manos del grupo saudí Alhokair por 40 millones de euros. Así es como la textil era rescatada de acabar en las fauces de los juzgados.

Pero en junio del año pasado Alhokair traspasó la sociedad al fondo AC Modus, calificado como buitre por el sector. Desde la operación, Blanco comenzó, según los trabajadores, a “no pagar a su plantilla, proveedores y arrendatarios de sus locales”.

Los empleados con los que ha hablado este periódico afirman que desde la llegada del fondo en junio de 2016, “inyectó 18 millones de euros que fueron básicamente para saldar las deudas con grandes arrendadores y sus socios estratégicos de Alhokair en España”. Aseguran, además, que el dinero “no se utilizó para recapitalizar la compañía, para plantear un plan de viabilidad o despedir a gente para hacer más pequeña la empresa”.

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