Ibercaja ordenó artimañas a sus directores para no pagar a los clientes las cláusulas suelo

Ibercaja primer trimestre
Oficina de Ibercaja.
Borja Jiménez

La banca española no preveía un gran impacto en sus cuentas de 2016 por la devolución de las cláusulas suelo recogida en el Real Decreto Ley aprobado por el Gobierno. Según comunicaron a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), gran parte del dinero que tendrían que devolver ya estaba provisionado. En total, según cálculos del sector, la devolución de las cláusulas suelo acarrearían unas pérdidas superiores a los 2.000 millones de euros. Sin embargo, si las entidades hacen como está haciendo Ibercaja, esta cifra podría reducirse considerablemente, toda vez que desde la cúpula del banco se han dado instrucciones a sus directores de sucursal para evadir la Sentencia del Tribunal Supremo sobre las cláusulas suelo.

El Tribunal Supremo, en la Sentencia de 9 de Mayo de 2013, entendió que las cláusulas suelo son lícitas (son válidas) siempre y cuando sean transparentes, es decir, siempre y cuando al consumidor se le explicara la consecuencia económica de la misma; de modo que se establecieron una serie de criterios para establecer la falta de transparencia:

  a) Falta información suficientemente clara de que se trata de un elemento definitorio del objeto principal del contrato.

  b) Se insertan de forma conjunta con las cláusulas techo y como aparente contraprestación de las mismas.

    c) No existen simulaciones de escenarios diversos relacionados con el comportamiento razonablemente previsible del tipo de interés en el momento de contratar.

      d) No hay información previa clara y comprensible sobre el coste comparativo con otras modalidades de préstamo de la propia entidad –en el caso de existir- o advertencia de que al concreto perfil de cliente no se le ofertan las mismas.

Pero lo cierto es que muy pocas entidades cumplieron dichos requisitos, por lo que la inmensa mayoría de las cláusulas no se comercializaron con transparencia.

La citada sentencia únicamente afectó directamente a tres bancos: BBVA, Caja Mar y CaixaNova Galicia. Sin embargo, al establecer los criterios de transparencia, y siendo conscientes las entidades de que no se habían cumplido, los bancos lanzaron una feroz campaña creando “documentos privados” con los que poder mantener las cláusulas suelo en sus préstamos y no tener que eliminarlas. Entre ellos, Ibercaja.

En definitiva en esos documentos firmados, se les “rebaja” la cláusula suelo, pero a cambio de que renuncien a poder demandar a la entidad, haciéndoles “reconocer” que se les explicó la existencia de cláusula suelo, cuando no era cierto.

Para obtener la firma de ese documento, se dieron unas instrucciones a los Directores de las oficinas, que constan en el documento al que ha tenido acceso OKDIARIO, y del que cabe destacar lo siguiente

A).- Deben ofrecer la firma de estos documentos en cuanto se tenga sospecha de que una persona podría demandar a la entidad (al mencionar a alguna asociación de consumidores, pedir la oferta vinculante etc…). Ante estas situaciones, se debe poner en marcha el mecanismo para obtener la firma del acuerdo-trampa.

B).- Se establece un “argumentario” para “convencer” al cliente de la firma; el coste del abogado, la duración del procedimiento, la firma del documento es gratuita etc…Todos y cada uno de los argumentos que, siguiendo instrucciones, los directores debían ofrecer a sus clientes, son absolutamente falsos. La verdad es que bercaja, ante una demanda judicial se allanaba (se rendía) y era condenada a pagar todos los gastos judiciales.

C).- No se puede sacar el documento de la entidad.

D).- No se lo pueden contar a nadie. El acuerdo contiene un extraño pacto de confidencialidad.

E).- No se les informa de la cantidad a la que tienen derecho a recuperar

A continuación, pueden ver el documento completo entregado a los Directores de sucursal, y al que ha tenido acceso OKDIARIO:

Como resultado de esta campaña, los clientes sólo son conscientes de que se les rebaja la cuota de la hipoteca. Con la firma de dicho documento, la entidad cede una rebaja de los intereses, pero a cambio gana la no devolución del dinero y la no eliminación completa de la cláusula, sabiendo que tarde o temprano sus cláusulas suelo serán declaradas nulas.

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