Otra espantada en Uber: dimite la jefa de Comunicación con la firma envuelta en escándalos sexuales

Uber
Las oficinas de Uber en Nueva York.
María Villardón

Rachel Whetstone, ex directiva de Google, ha anunciado que deja su cargo como jefa de Comunicación en Uber. De momento se desconocen los motivos, sin embargo, la compañía no está atravesando por su mejor momento reputacional. La firma se enfrenta a acusaciones de sexismo y acoso sexuales por parte de algunas directivas que ya han abandonado sus puestos. En 2015 el 25% del equipo de la tecnológica eran mujeres, a finales de 2016 la presencia femenina se redujo hasta el 6%.

La salida de Whetstone se suma a las dimisiones de altos cargos que se han producido en las últimas semanas, pero esta salida ha sorprendido aún más por el hecho de ser una de las veteranas. La directiva salió en 2015 del gigante Google, compañía en la que llevaba desde 2008, para tomar las riendas de la comunicación de la start-up. En aquel entonces, el puesto lo había ocupado David Plouffe, asesor de la Casa Blanca entre 2011 y 2013, así como uno de los más destacados colaboradores con Barack Obama en la campaña de 2008.

El director general de Uber, Travis Kalanick, mandó un mensaje a si equipo tras conocer la salida de Whetstone. “Desde que llegó en 2015 Rachel nos ha maravillado con su manera de trabajar, ella es una fuerza de la naturaleza, tiene un talento extraordinario y es una increíble directora”, decía esta misma semana.

Además, el líder de Uber confirmaba que tras su salida, la riendas de Comunicación las tomaría Jill Hazelbaker, la hasta ahora subdirectora del departamento. Whetstone, por su parte, escribía que estaba “muy orgullosa de su equipo, al igual que cuando salí de Google. Una mujer brillante y fuerte tomará mi lugar”.

Uber, desde que comenzase el año, no ha tenido más que grandes polémicas a su alrededor. En febrero un informe de The New York Times revelaba historias de sexismo, acoso sexual y ambiente hostil en las entrañas de la empresa. En el artículo se describían situaciones absolutamente dantescas, desde gerentes que acosan sexualmente a otras empleadas, gritos homófobos de un directivo a un subordinado o amenazas de agresión “con un bate de baseball” por el bajo rendimiento de un trabajador.

Pero no solo eso, Susan Fowler, ex empleada de Uber, escribió un post en el que relataba sus vivencias en la empresa de Silicon Valley. Detalla una historia de discriminación y acoso sexual por parte de directivos de la compañía. “Es una historia extraña y un poco horrible que merece ser contada”, decía Fowler.

Explica, además, que en sus primeros días de trabajo, uno de sus superiores le mandó mensajes a través del chat de Uber contándole que “tenía una relación abierta con su novia, estaba claro que trataba de conseguir que tuviera relaciones sexuales con él. Llevé los mensajes a RRHH”. Desde la dirección de la empresa tecnológica le contestaron que “seguramente sería un error inocente por su parte”. Y no solo eso, le dijeron que “aunque era claramente un caso de acoso sexual, era la primera infracción de este directivo”.

Ante estas acusaciones públicas, a Travis Kalanick no le quedó más remedio que actual y poner en marcha una investigación liderada por Eric Holder, uno de los abogados más conocidos de EEUU. En aquel momento, el director general de la firma se mostraba sorprendido y declaraba que “es aberrante y va contra todo lo que Uber representa”. Previsiblemente, los resultados de la investigación se conocerán este mes de abril.

Los problemas no dejan de estar del lado de Uber. Hace apenas un mes Jeff Jones, presidente de la firma, anunciaba su dimisión por una diferencia de opiniones con Kalanick. No clamaría al cielo tanta dimisión si no fuera por la poca vida que tiene Uber como empresa y que Jones solo llevaba seis meses en el cargo.

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