SEGÚN LA PATRONAL BANCARIA

El ajuste de oficinas bancarias deja a más de un millón de españoles sin cajero ni sucursal

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Aunque España sigue teniendo la mayor densidad de sucursales por habitante, exceptuando a Chipre, la crisis del sector financiero en nuestro país ha dejado a más de un 1.100.000 personas sin oficinas bancarias y sin cajero en su pueblo o municipio. Como se pueden imaginar, esto ocurre precisamente en aquellos núcleos rurales recónditos en los que la población es mayoritariamente anciana por lo que no se manejan con las soluciones tecnológicas que les ofrece el sector.

El 3% de la población española o, lo que es igual, más de un 1.1 millones de personas viven en municipios que carecen de entidad financiera, según datos del Banco de España y del Instituto Nacional de Estadística. A pesar de esto y de la crisis, en la que nuestro país redujo sus oficinas bancarias un 17% frente al 8% de Alemania, el 5% en Italia o el 3% en Francia, España sigue siendo el país europeo con mayor densidad de oficinas bancarias por habitante, si no contamos al diminuto Chipre.

Según los expertos, se necesitaría más presencia de oficinas bancarias en los pueblos o municipios, pues hablamos de zonas rurales, parajes recónditos y en los que mayoritariamente se concentra una población anciana y las técnicas modernas que ofrecen los bancos no suplen sus carencias.

Parece que esta situación se continuará agravando en el futuro pues sólo en grandes poblaciones o en zonas en las que se acumula mucha actividad comercial es para los bancos rentable tener estructuras físicas montadas.

Desde la Asociación Española de Banca (AEB) se apunta que este fenómeno se ha incrementado a raíz de la crisis de las cajas, que eran las que más implantación tenían en las poblaciones más pequeñas. También el cierre de las cajas rurales ha incidido en todo esto.

OKDIARIO ha hablado con José Luis Martínez Campuzano, portavoz de la patronal bancaria que nos aseguró que «los bancos españoles disponen de redes de oficinas muy extensas y capilares que garantizan el acceso a los servicios financieros y bancarios a la gran mayoría de la población. Además, tradicionalmente los bancos españoles han dispuestos de medios para facilitar servicios a aquellos clientes que viven en pueblos pequeños o distantes de centros urbanos, tales como redes de agentes comerciales y oficinas ambulantes (en autobuses).

En la actualidad, los clientes pueden acceder también a través de la banca electrónica (internet) a la información de sus cuentas y a realizar una gama muy amplia de operaciones. La red de cajeros automáticos y el uso generalizado de tarjetas de débito y crédito hacen cada vez menos necesario que el cliente tenga que desplazarse hasta una oficina bancaria. En suma, este conjunto de medios garantizan sobradamente un acceso cómodo y rápido a los servicios bancarios de todos los clientes, incluidos los que viven en pequeños núcleos urbanos», dijo Martínez Campuzano.

Por hacer una comparativa, en Reino Unido, de las 20.583 sucursales que estaban abiertas al público en 1988, ahora quedan unas 8.000 para una poblacioìn de unos 65 millones de personas. En España, al final de 2016, había 29.325 sucursales para 47 millones de habitantes. Esto sumado a algunas recomendaciones del BCE (que afirman que estamos muy por encima de la media de la eurozona) lleva a pensar que seguirán cerrándose oficinas en los próximos años en nuestro país y por lógica se hará en aquellos lugares que menos clientes tengan.

De hecho, y según los datos consultados por este diario ya en 2008 se constataba que cerca de 997.000 personas en nuestro país vivían en municipios donde no había ninguna oficina bancaria operativa y tras la fusión de bancos y cajas de ahorros en estos años de crisis, esta «exclusión financiera» se ha incrementado en 100.000 personas al menos según la Universidad de Vigo.

Además, desde este centro gallego apuntan que el servicio dado a los clientes cada vez es peor pues hay menos atención personalizada, más colas y más tiempos de espera para la realización de cualquier tipo de gestión al haber menos empleados para atender a más clientes.

Aquí las posturas son diferentes, pues mientras hay entidades como el BBVA que plantean que el futuro va por aquí, el CEO del Santander, José Antonio Álvarez, que incorporó la extensa red del antiguo Banesto cree que al final una sucursal es un punto de negocio para cualquier entidad y que su cierre masivo puede suponer pérdida de negocio a todos los niveles.

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