Las acciones de Abengoa se disparan un 50% por el nuevo plan de viabilidad

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Planta solar de Abengoa en Solúcar, Sevilla. (Foto: Abengoa)

Los títulos de Abengoa han iniciado la sesión con una espectacular subida del 40%. La presentación del nuevo plan de viabilidad de la empresa es la principal razón de esta subida, que ha servido a muchos inversores para volver a comprar acciones de la compañía. Si sale adelante se podrá evitar la mayor quiebra de la historia de España.

Existen dos tipos de acciones de la empresa sevillana, denominadas “Abengoa A” y “Abengoa B” que cotizan en el Mercado Contínuo tras la exclusión de los títulos del principal selectivo español, el Ibex 35, que se produjo el pasado mes de noviembre. Al cierre de la sesión las de tipo A han contabilizado un aumento del 50% y las de tipo B han subido un 34%.

El consejo de administración estudia hoy el nuevo plan de viabilidad

El consejo de administración de Abengoa estudia hoy el programa de rescate elaborado por la firma Alvarez & Marsal. Las principales líneas de actuación serán reducir el volumen de negocio, centrarse en las actividades de construcción, ingeniería e innovación y lograr reducir la elevada deuda.

Además del consejo de administración, el plan debe ser respaldado por las entidades financieras acreedoras y por los propietarios de deuda de la compañía (los bonistas). «La solución debe contar con el consenso de todos los acreedores, ya que Abengoa vale más en funcionamiento que si entra en concurso», han indicado a Europa Press fuentes implicadas en la negociación.

Si sale adelante el plan, la “Nueva Abengoa”, que será la denominación de la compañía, tendrá una facturación un 60% inferior a la actual, que ronda los 7.700 millones de euros, En cuanto a la deuda bruta consolidada de 9.000 millones, se rebajará a 3.000 millones, porque habrá quitas y capitalización de deuda, es decir, que los bonistas se convertirán en propietarios.

Abengoa está en la actualidad en situación de preconcurso de acreedores, lo que implica que la compañía admite que es insolvente y dispone de un plazo máximo de cuatro meses para negociar con sus acreedores la reestructuración de la deuda (el proceso comenzó el pasado noviembre). Si no lo logra, entonces se producirá en concurso de acreedores, que es el término que la Ley Concursal emplea para definir lo que siempre se ha conocido como quiebra empresarial.

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