Cierra la fábrica de La Rioja

Altadis ofrece una empresa de colocación para sus empleados despedidos

Altadis
Subasta de tabaco en Extremadura (Foto: GETTY)

Es siempre traumático el cierre de una fábrica para su compañía matriz. Pero no siempre se lleva a cabo de la misma forma. En los últimos 16 años Altadis, filial de Imperial Tobacco y heredera de la mítica Tabacalera, contando Logroño habrá cerrado 12 fábricas, lo que ha supuesto la salida de unos 6.000 trabajadores.

La Rioja
Caída de las ventas de cigarrillos (Fuente: Imperial Tobacco)

El sector del tabaco lleva años sufriendo regulaciones muy exigentes

Este martes Altadis anunciaba el cierre de la fábrica de cigarrillos rubios y negros de La Rioja para el próximo 30 de junio tras poner en marcha un ERE que afectará inicialmente a 471 personas. Esto es, el 46% de la plantilla integrada por 1.021 empleados.

Las áreas afectadas son Finanzas, Ventas y Producción, buscando Altadis no perder ni eficiencia ni competitividad en el mercado mundial del tabaco. En España, sus ventas de cigarrillos han caído un 45% en los últimos cinco años.

Miguel Ángel Martín Esteban, director de Comunicación de Altadis comentó a Ok diario que esta decisión se toma por la presión regulatoria sobre el tabaco y el aumento del contrabando derivado de la crisis económica. Más del 10% del tabaco que se vende en España es ilegal.

Según ha podido saber este periódico, a 180 de los 471 trabajadores afectados por el ERE se les ofrecerá la prejubilación. A los 291 trabajadores fijos restantes se les ofrecerá; bajas incentivadas con una indemnización superior a la legalmente establecida para despidos por causas objetivas y lo más novedoso. Se ha llegado a un acuerdo con MOA BPI Group (empresa especializada en RRHH) para que busque trabajo en La Rioja a los que no quieran abandonar el mercado laboral.

El presidente de Altadis, Juan Arrizabalaga, ha declarado que «no es una decisión ni cómoda ni agradable» pero que hay que adoptar para que la empresa no se vaya al traste en su conjunto. Fuentes de la compañía han confesado que el sector del tabaco lleva muchos años siendo objeto de persecución y que después no puede haber quejas cuando se destruyen puestos de empleo.

Con todo, dice Altadis que siempre se ha buscado la mejor de las soluciones posibles, consensuadas con los sindicatos, para que dicho trance sea lo menos traumático posible para los trabajadores.

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