El Corte Inglés cesa al accionista que se opone a la entrada del jeque

Hamad El Corte Ingles
El jeque ha manifestado va a ser un inversor estable del Grupo.

Las cuentas de la compañía pionera en el desarrollo de centros comerciales en España certifican el inicio de la recuperación de la economía española y el repunte del consumo de las familias. El Grupo El Corte Inglés ha logrado aumentar la facturación rompiendo la tendencia descendente de años anteriores. Además, ha afrontado una notable reducción de su deuda, lo que le permite afrontar el futuro con oxígeno extra.

Sin embargo, la gran noticia de la Junta de Accionistas de la entidad que aprobó ayer las cuentas anuales no fue el incremento de a facturación tras cuatro años de descensos, sino la futura entrada en el capital del jeque de Qatar Hamad Al Thani. Esta operación ha provocado un cisma en el seno del Grupo debido a la oposición de uno de los accionistas de referencia, Corporación Ceslar, que con un 9% del capital ha manifestado en varias ocasiones su disconformidad con la entrada de Al Thani. 

El catarí adquirirá el 10% del capital por importe de 1.000 millones de euros procedentes de autocartera. El préstamo se convertirá en acciones dentro de tres años convirtiendo a Al Thani en el tercer mayor accionista de la entidad superando a Ceslar, tras la Fundación Ramón Areces (que tiene el 37%) y Corporación Iasa (con el 22%). Para permitir la entrada del jeque ha sido necesario reformar los Estatutos del Grupo.

En este marco se produjo ayer la Junta de Accionistas más polémica de los últimos años, en la que la representante en el Consejo de Administración de Corporación Ceslar, Carlota Areces, fue cesada “por los reiterados incumplimientos  de sus deberes legales como administrador», según ha asegurado la compañía a través de un comunicado.

La ex-consejera, sobrina del fundador de El Corte Inglés, Carlos Areces, ha anunciado que impugnará la Junta por vía judicial y pedirá su inmediata reincorporación en el Consejo.

Corporación Ceslar ha manifestado públicamente en varias ocasiones que no se opone a la entrada del catarí en el accionariado, sino que no está de acuerdo en la fórmula empleada para ello. Como telón de fondo se encuentra la necesidad de lograr ingresos para reducir la carga de la deuda de la compañía, un lastre que se ha visto reducido recientemente tras el acuerdo alcanzado con varias entidades financieras para refinanciar los pagos pendientes.

«Se devalúa el valor del Grupo»

Según Corporación Ceslar la operación «devalúa el valor intrínseco del Grupo» ya que supone valorar El Corte Inglés en 10.000 millones de euros (al estipular que 10% del capital son 1.000 millones). Al no tratarse de una empresa cotizada el valor no puede calcularse por capitalización bursátil. La única cifra que baraja la compañía es una auditoría de Tinsa de 2013 que valora el Grupo en 18.000 millones de euros.

Además, la consejera cesada considera que «es una maniobra para arrinconar a los accionistas tradicionales» por la que se ha pagado «una elevada comisión a una sociedad radicada en un país con opacidad fiscal y fuera de la UE».

Y es que, para terminar de rizar el rizo, el préstamo de 1.000 millones se ha realizado a través de la sociedad Primefin, ubicada en Luxemburgo y el contrato tiene una cláusula por la cual el inversor recibirá un interés del 5,25% (pagadero en acciones) si el resultado bruto de explotación (Ebitda) no crece un 12% en los próximos cinco años.

Un inversor global cualificado

El presidente de El Corte Inglés, Dimas Gimeno, dijo ayer a los accionistas que la llegada de Al Thani «supone un acto de confianza en nuestra empresa y el comienzo de una alianza con un cualificado inversor global que contribuirá al desarrollo estratégico de El Corte Inglés». El jeque quiere participar activamente en los proyectos de desarrollo del Grupo y colaborar en el plan de internacionalización que se preparará la compañía en los próximos meses.

El Consejo de Administración defiende la operación porque «permite reducir la deuda de forma significativa, disminuye los costes financieros con el consiguiente incremento de beneficio para los accionistas, libera caja para invertir en el negocio y afianzar el plan de negocio, fortalece la estructura financiera de la compañía aumentando la solvencia del Grupo y liberará acciones propias, dando liquidez a un activo que estaba sin uso».

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