MANUAL DEL EMPRENDEDOR

Renovarse o morir: Cómo detectar si un negocio se ha estancado

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(Foto: Getty/iStock)

Hay una frase hecha que habla de no tocar aquello que funciona. Ahora bien, desde un punto de vista empresarial, aplicar tal consejo puede tener nefastas consecuencias.

En un entorno competitivo, las empresas que nos rodean intentarán innovar y ser cada vez más productivas para ganar una porción mayor de mercado. Por lo tanto, mejorarán sus procesos y productos para hacerlos más atractivos hacia los clientes. Si es así, ganarán cuota a costa de clientes nuestros que se marcharán atraídos por las mejores condiciones de la otra empresa.

En muchas ocasiones, el problema radica que el empresario o emprendedor le cuesta identificar cuándo sucede este hecho. A continuación, mostraremos algunos síntomas que deberían de poner en alerta.

Las siguientes situaciones pueden ser indicativas que es necesario dar un empuje al negocio para no quedar relegados en relación a la competencia:

Disminución escalonada de las ventas

Ante un descenso de las ventas poco importante, hay quien achaca este factor a un tema relacionada con la estacionalidad o a una “moda”. Ahora bien, puede tratarse de algo estructural que tenga continuidad en el tiempo. Y, a más tiempo sin reaccionar, más dificultades para recuperar la posición. Normalmente, cuando ocurre esto se puede deber a las siguientes circunstancias:

Cambio de preferencias del público objetivo

Es importante realizar un seguimiento de los clientes porque sus preferencias pueden cambiar en el tiempo, no son inamovibles. Por lo tanto, hay que establecer mecanismos para captar información sobre ellos, ya sea vía estudios de mercado o a través de la tarea y prospección de los comerciales, que son quienes tienen el contacto más directo con el cliente final.

Innovación de la competencia

En el mercado puede haber salido una innovación de la cual no se tenga conocimiento o que no se haya considerado importante como para aplicar en la empresa. Si las ventas bajan, significa que, realmente, este cambio es realmente productivo y que permite una mejora en los procesos internos de la compañía o que dota al producto o servicio de un atributo valorado por el cliente.

Mala imagen de la empresa

Alguna actividad relacionada con la imagen que se transmite puede haber sido errónea respecto lo que se espera de la empresa. Hay que descubrirla y recuperar la posición de acuerdo a los valores que realmente que quieren hacer llegar.

Menor presencia en los comentarios de las redes sociales

Hay que estar muy pendientes de las herramientas SEO y SEM para saber cuál es el posicionamiento de la compañía en la red y conocer la opinión de los usuarios. Es una fuente de información de personas que utilizan parte de su tiempo para opinar sobre nosotros, de aquí su alto valor y consideración.

Menor productividad que la competencia

Puede que, al no haber renovado los procesos después de mucho tiempo, haya una falta de ideas, creatividad o acomodamiento que es fatal para el progreso y competitividad de la empresa.

Incapacidad para adaptarse a los cambios

Puede ser debido a que una persona asume una carga de responsabilidades demasiado grande. Entonces, hay que saber delegar y diversificar la toma de decisiones para ser más rápidos y adaptables a las exigencias del mercado.

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