MANUAL DEL EMPRENDEDOR

Los conflictos entre compañeros, complicados de evitar

Emprendedor
Los problemas entre compañeros deben ser resueltos. (Foto: Getty/iStock)

En una compañía conviven durante muchas horas personas muy distintas. Por lo tanto, es normal que surjan tiranteces entre miembros. Para evitarlo, hay quien propone unas normas restrictivas de comportamiento y penalizar a aquéllos que se salgan.

Ahora bien, esta propuesta lo único que consigue es crear más tensión y que, finalmente, el conflicto explote con aún más crudeza. La opción más adecuada es acometer la gestión del conflicto y afrontar los problemas que surjan entre trabajadores de forma que se llegue a una posición consensuada y mayormente aceptada.

Para ello, hay que dejar expresar a las partes su posicionamiento y ganarse una imagen de credibilidad.  Además, todo conflicto siempre origina una pérdida de productividad, porque los implicados no trabajan con igual motivación y, en el peor de los casos, pueden llegar a esconderse información necesaria. Más motivo, pues, para atajar cualquier discrepancia lo más pronto posible, antes que más personas queden afectadas y provoque enfrentamientos entre bloques en la organización.

¿Cómo se originan los conflictos y cómo evitarlos? Los problemas entre personas que comparten un lugar de trabajo pueden originarse por distintos motivos. Desglosamos los más habituales.

Disparidad de opiniones

Ante una determinada tarea u objetivo planteado, puede que se expongan distintas propuestas sobre cómo hacerlo. Cada uno considerará que la suya es la más adecuada e intentará defenderla con ímpetu. Para que el intercambio de opiniones no vaya a más, es importante que una voz autorizada (normalmente un superior) se siente con las distintas partes para conocer las diferentes posturas. A partir de aquí, encetar un debate en el cual este superior sea capaz de lograr una posición consensuada. A más credibilidad del “mediador”, más probabilidades que se llegue a un escenario satisfactorio.

Indefinición en la distribución de las tareas

En toda compañía hay distintos procesos y tareas a desarrollar. Para que no haya discusiones sobre las atribuciones de cada uno, debe quedar muy claro qué debe realizar cada miembro del equipo y a qué personas debe reportar en caso de tener alguna duda. En caso contrario, se pueden solapar trabajos, hay discusiones sobre quién debe hacerlo y, al pedir responsabilidades sobre los resultados, no se sabrá a quién requerir.

Distintos intereses personales

Cada miembro puede tener sus propios objetivos dentro de la organización: subir dentro de la jerarquía, conseguir un mayor sueldo, más reconocimiento… Por lo tanto, puede haber choques entre personas que no compartan iguales fines. Para evitarlo, el responsable de cada departamento debe conocer perfectamente los intereses de cada uno y enfocar las recompensas hacia aquella dirección.

Del mismo modo, hay que dejar claros los méritos y requisitos necesarios para conseguir promocionar, de forma que se pueda medir de forma clara los desempeños de cada uno.

Distintos objetivos de los departamentos

Cada departamento puede tener marcados objetivos propios. En algunos casos, para su realización, pueden chocar con los objetivos marcados por otros. Entonces, en lugar de buscar el bien común para la compañía, cada uno puede tener la tentación de tomar acciones que les benefician a ellos en contra de otros. Para evitarlo, la compañía debe marcar objetivos de grupo y asegurarse que la información y el conocimiento se transmite dentro de la organización de forma fluida.

Conflictos de valores

Cada persona tiene su forma de pensar y entender el mundo. Durante la relación entre trabajadores, se pueden sacar temas que provoquen tensiones y que generen antipatías. Para evitarlo, la empresa debe marcar unos valores generales como imagen de marca que todo el mundo comparta y asegurarse, en sus contrataciones, que los nuevos también se sienten cómodos con ellos.

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