EL RETO DE LA FINANCIACIÓN

Los riesgos de los préstamos con garantía hipotecaria

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Un edificio de viviendas. (Foto: GETTY).

Para poder acceder a un préstamo, una forma de conseguir la aprobación de la entidad financiera es poner como aval un inmueble de su propiedad libre de cargas. Son los llamados préstamos con garantía hipotecaria. Si no se puede de hacer frente a los pagos, la persona o empresa corre el riesgo de perder su propiedad.

En caso que quien realice tal operación sea un particular, pude verse en la calle si ha puesto como garantía la misma vivienda donde vive. Por lo tanto, se trata de una operación muy arriesgada que solamente debe hacerse en caso de estar muy seguros que se podrá devolver el préstamo en los plazos exigidos.

En caso que se pida la financiación para realizar una determinada inversión, hay que desarrollar un completo plan de empresa en el cual se estudien todos los escenarios posibles y se llegue a la conclusión que se obtendrán unos beneficios tales que permitirán devolver la cantidad que se ha pedido.

La principal ventaja que tienen estos préstamos es que se facilita la aprobación por parte de la entidad financiera. El hecho de poner como garantía un bien de un valor considerable facilita que el banco apruebe la solicitud de préstamo, ya que en caso de impago se podrá quedar con un bien inmueble de un valor considerable.

Es un recurso que utilizan personas que se encuentran en el registro de Asnef por tener algún tipo de deuda. Ahora bien, quien llegue a este extremo también debe plantearse por qué si no es mediante esta garantía no puede acceder a financiación. Normalmente, la respuesta es porque la entidad cree que la probabilidad de devolución del préstamo no es muy alta.

Además, se pueden conseguir grandes sumas de dinero para invertir: si una persona o empresa cree mucho en una idea, ha confeccionado el correspondiente plan y están muy seguros que tendrán éxito, este tipo de garantía permite acceder a préstamos de cantidades de dinero muy importantes, ya que el valor de lo que se pone en garantía también lo es.

Otra ventaja es que no precisa de contratar otros productos. En muchas ocasiones, al contratar un préstamo, las entidades piden una vinculación del cliente con la entidad mediante la contratación de distintos productos financieros. En este caso, normalmente, no existe esta exigencia.

En cuanto a las desventajas, la principal es el peligro de perder un inmueble. En caso de no poder afrontar las deudas, la persona pierde su vivienda y la empresa el local donde desarrolla la actividad o algún otro que sea de su propiedad. Por lo tanto, el riesgo que se corre es muy alto.

Además, estos préstamos tienen altos intereses, más que en los préstamos que no exigen esta garantía. El motivo es el siguiente: si una persona o empresa debe poner como aval un inmueble, significa que tiene la consideración de poco solvente y ello conlleva un aumento del coste del préstamo.

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