Cortefiel se planteó comprar Blanco cuando aún era de la familia fundadora

Blanco
Una de las tiendas de la compañía textil Blanco (Foto: Blanco Facebook)
María Villardón

Cortefiel se planteó la posibilidad de comprar Blanco cuando la compañía aún estaba en manos de la familia fundadora, es decir, antes de que pasara a mano del fondo saudita Alhokair. Sin embargo, según explican a OKDIARIO fuentes del sector, la operación no se llevó a término porque la familia Blanco pedía un puesto en la cúpula directiva y el grupo textil se negó.

Grupo Cortefiel, propietario de las marcas Women’secret, Pedro del Hierro y Cortefiel, habría estado interesado en aglutinar en su compañía a la firma de moda fundada por Bernardo Blanco en los años 60. Una cadena de moda que salpicó todo el país con un centenar de puntos venta y contó con una plantilla que ascendía a alrededor de 2.500 empleados.

Sin embargo, la caída del consumo en 2012 no pasó desapercibida para las ventas de la cadena de moda y cerró el año fiscal con números rojos de 33 millones de euros.

Blanco salió a buscar compradores e inversores que pudieran sacar a la compañía de la crisis y, aunque hubo interesados de origen español en hacerse con la firma, terminó en manos de Alhokair en 2014 tras haber hecho una importante reestructuración de puntos de venta.

Uno de los interesados en hacerse con Blanco, según publicó Modaes, durante aquellos periplos de Bernardo Blanco buscando salvar la cadena de moda fue Mango. Pero no solo la cadena de Isak Andik mostró interés por la firma del ‘animal print’, también Grupo Cortefiel cortejó a Blanco antes de que cayera en manos de los sauditas.

Según ha podido saber OKDIARIO, hubo contacto entre ambas partes para que la compañía que perteneció a los Hinojosa se quedara con Blanco. Pero finalmente la operación no se cerró porque Bernardo Blanco Moreno, heredero del fundador y director general de la malograda firma, exigía un puesto en la cúpula directiva tras la compra. Este periódico se ha puesto en contacto con ambas partes sin obtener respuesta.

Según comentan fuentes cercanas al proceso, era una exigencia que el hijo del fundador hacía a todos los gigantes del mundo de la distribución que se interesaban por Blanco. De hecho, Blanco Moreno formó parte de la firma de moda cuando la compró el fondo saudita, pero terminó saliendo un año más tarde y declaró al portal Modaes que estaba negociando un nuevo puesto dentro de otra empresa de Alhokair.

El hijo del empresario fundador y máximo ejecutivo de Blanco tomó las riendas en 2006 y en 2010 comenzó con la internacionalización de la textil abriendo mercados en Portugal, República Dominicana, Venezuela, Reino Unido o Arabia Saudí.

Hacía dos años que había estallado la crisis económica internacional y los índices de confianza del consumidor comenzaron a caer drásticamente. Por supuesto Blanco no fue impermeable a la recesión y comenzó a cerrar tiendas.

El escenario no podía ser más negro y en 2013 llegaría el primer concurso de acreedores y un ERE con el que se despidió a más de 700 empleados. Eso sí, no serían los últimos, pues en noviembre de 2016, ya en manos del fondo ‘buitre’ AC Modus, Blanco declaró un nuevo concurso de acreedores y en febrero de 2017 entró en fase de liquidación dejando a más de 800 empleados sin trabajo.

Todos estos empleados se agruparon en la conocida Plataforma de Afectados de Blanco y demandaron a la cúpula de Blanco por presunta estafa y alzamiento de bienes. Una causa que actualmente está en proceso judicial en la Audiencia Nacional (AN) con la imputación de varios de los directivos de la textil. Algunos de ellos, como Nuno Ferreira y Gerry Waters, director financiero y CEO, ya han declarado ante el magistrado Ismael Moreno y han echado balones fuera diciendo que “solo cumplían orden”. Se enfrenta a penas de hasta cinco años de prisión.

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