El presidente de Abengoa imputado por los ERE obliga a los empleados a «aceptar renuncias importantes»

José Domínguez Abascal (Foto: Euromedia Comunicación).
José Domínguez Abascal (Foto: Euromedia Comunicación).

El presidente de Abengoa que ha sustituido a Felipe Benjumea al frente de la compañía, José Domínguez Abascal, ha enviado una carta a sus empleados en el que los avisa del ajuste que se avecina en la empresa tras la reestructuración. Este directivo, que está imputado en el caso ERE, obliga a los empleados a «aceptar renuncias importantes” en los próximos meses.

“En las próximas semanas debe definirse una nueva Abengoa sabiendo que todos los actores deben acordar y aceptar una nueva situación que inevitablemente implica renuncias importantes”, indica Domínguez, lo que ha sido recibido por los empleados como un aviso anticipado de un ajuste de plantilla, tanto en términos de empleos como de salarios, tal y como han señalado varios de ellos a OKDIARIO.

Los trabajadores consideran que se va a producir un ajuste de plantilla, tanto en términos de empleos como de salarios

El presidente de Abengoa explica en la misiva que “se ha desarrollado un Plan de Viabilidad que muestra las fortalezas y debilidades de Abengoa así como sus posibilidades para el futuro”. A su juicio gracias al plan se logrará crear “una empresa valiosa con gran capacidad para desarrollar el negocio de ingeniería y construcción con tecnología propia y de terceros en los sectores de energía y medio ambiente”.

“El desarrollo de este Plan de Viabilidad y la consiguiente recuperación del valor de Abengoa pasa por una reestructuración de su deuda y una nueva composición del accionariado de la compañía”, admite Domínguez.

El consejo de administración ha acordado iniciar la reestructuración de 9.000 millones de euros de deuda, para lo cual es indispensable lograr el respaldo de los acreedores y bonistas. La fecha límite para alcanzar un pacto es el próximo 25 de marzo, ya que si no hay acuerdo ese día la compañía deberá presentar el concurso de acreedores, es decir, declararse en quiebra.

Desde Abengoa se apunta que el proceso concursal supondría “una destrucción de valor para acreedores y accionistas muy superior a la de cualquier escenario de continuidad, todo ello sin evaluar el enorme coste social que tal situación implicaría”. En este contexto ha enviado Domínguez la carta a los trabajadores de la compañía.

El plan también recoge la venta de activos “no fundamentales”, como los biocombustibles de primera generación, así como una reducción de tamaño hasta situar sus ingresos en dos terceras partes de los obtenidos en 2014.

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