EiDF vuelve a mínimos: un solo accionista vende 700.000 acciones en unas horas entre rumores internos

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Jose de la Morena
  • Jose de la Morena
  • Jose de la Morena, periodista especializado en economía desde hace más de 15 años, desarrolla su labor en el campo de la comunicación desde el prisma de las tendencias, los números y resultados de las distintas compañías. Una tarea que le ha llevado a conocer a fondo el mundo empresarial. Ha trabajado también en comunicación corporativa y como asesor para distintas marcas internacionales e institucionales.

La situación en EiDF no termina de ser todo lo calmada que les gustaría a sus fundadores, y en la tarde noche del viernes un solo accionista se deshizo de casi 700.000 acciones, lo que supone una desinversión cercana a los 850.000 euros de golpe en un accionista no mayoritario. Caída del 9,21% y el valor en su peor momento desde que fuera suspendida de cotización por el escándalo con el auditor.

El que vendiera de esta manera, afectando evidentemente a la cotización de la compañía de forma importante, lo hizo en concreto soltando más de 670.000 acciones en subasta, lo que supone un movimiento poco habitual. Paquetes así suelen colocarse entre accionistas. Suponen una desinversión importante y lo habitual es pactar un precio con otro accionista de referencia, aunque sea por una parte de ese paquete, y soltar el resto en subasta, si hiciera falta.

Pero lanzarlo todo al mercado hace un daño especial a la compañía. Eleva el volumen negociado, a la baja, y puede incluso -no parece que haya sido el caso- provocar una oleada de ventas a modo de respuesta. Al ser una compañía con una capitalización relativamente pequeña, y tener un accionariado muy concreto, el golpe parece haberse quedado ahí. Y no es poco.

EiDF cerró en 4,93 euros por título, una cifra que no tocaba desde el 27 diciembre de 2023.

Momento clave en EiDF

La situación de su cotización coincide también con un momento de agitación en su accionariado -no necesariamente malo, pero sí a tener en cuenta-.

Cuando se conocieron las discrepancias del auditor -por aquel entonces PwC- sobre las cuentas de la compañía, y sus «dudas sobre la viabilidad de la compañía», la CNMV suspendió la cotización. Las acciones estaban en 29,76. Cuando cuatro meses después, el regulador permitió de nuevo moverse a las acciones de EiDF, cayeron hasta los 4,18 euros. Ahí comenzó a recuperarse, muy poco a poco, buscando estabilidad y comunicando casi cada movimiento para tratar de calmar a los accionistas.

Un año después de la suspensión de 2023, la compañía lograba alcanzar los 12 euros por título y, desde ahí, solo ha venido cayendo, poco a poco, hasta la cifra del viernes.

Luces y sombras del accionariado

La salida del viernes, por llamativa, supone un golpe a la cotización pero no altera la capitalización de EiDF. Golpea la cotización porque supone caer tanto como se subió, por ejemplo, cuando se anunció en mayo el plan «para cuadruplicar los ingresos en cinco años». Pero no altera el accionariado ni varía en exceso su capitalización total.

Aunque varios accionistas -que prefieren no ser nombrados- tienen «dudas sobre su continuidad» en la compañía por los continuos rumores que la azotan, por el momento comprueban que «se cumple el ritmo que se trazó en mayo». Muchos señalan a Jordi Berini, máximo accionista tras el fundador Fernando Romero, como el hombre fuerte a la hora de unir a los accionistas y permitir que la empresa pueda salir adelante.

Berini, precisamente, redujo su participación en EiDF hace apenas una semana. El fondo Laurion Financial Enterprises rebajo su porcentaje hasta el 13,2%, pero lo hizo, según el propio fondo, para ajustar la ponderación del grupo en EiDF.

En concreto, la firma luxemburguesa, segundo máximo accionista de la compañía de renovables -tan solo por detrás del presidente, Fernando Romero, que controla más de un 43%-, se ha desprendido de estas acciones, representativas de un 1,92% de EiDF, a un precio de 3,50 euros por título.

Con esta venta, la participación de Laurion Financial Enterprises la posición total en el capital de EiDF se sitúa en el 13,2%, ya que suma, junto al 12,91%, un 0,142% y un 0,143% en manos de Jordi Berini Suñé y Tiago Moreira Salgado. Las operaciones se materializaron el pasado día 7 de agosto, en dos bloques de operaciones de venta OTC a dos inversores institucionales, indicó la firma en la documentación remitida al BME Growth. Laurion Financial Enterprises señaló que ambas operaciones llevan aparejado un ‘lock-up’ mínimo de 12 meses, para garantizar que ambos inversores se mantendrán en el accionariado a medio plazo.

En concreto, y como decíamos, la operación responde a un ajuste de la ponderación de EiDF en el portfolio de inversión de Laurion Financial, ya que a causa de las ultimas suscripciones de préstamos participativos convertibles habían dejado su participación resultante en EiDF sobreponderada.

En todo caso, y pese a los rumores, Berini ha reiterado en distintas ocasiones su voluntad de mantener una posición a largo plazo en la energética.

 

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