Sánchez quiere mantener los impuestos a la banca hasta que no haya déficit en la Seguridad Social

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Pedro Sánchez, presidente del Gobierno (Foto. Getty)
Borja Jiménez

Del dicho al hecho… hay un trecho. Algo así piensan en el sector financiero español sobre el impuesto a la banca con el que amenaza Pedro Sánchez. A inicios de año, el PSOE propuso la creación de dos impuestos específicos a la banca, uno a las transacciones financieras (denominada tasa Tobin) y otro sobre los beneficios; y la intención de los socialistas es la de mantener esta tributación hasta, por lo menos, que haya superávit en la Seguridad Social. 

Tal como se planteó, el impuesto sobre beneficios consistía en un recargo adicional sobre el actual que tendría como fin garantizar la sostenibilidad del sistema público de pensiones. Este gravamen adicional sería del 8% y pretendería recaudar, según fuentes conocedoras, entre 0,8 y 1 millón de euros anuales. La duración del mismo sería temporal, aunque el PSOE considera mantenerlo mientras siguiese habiendo déficit de la Seguridad Social. Por cierto, cabe recordar que se incluye a Bankia dentro de las entidades objeto del gravamen.

Por su parte, el impuesto sobre transacciones financieras perseguiría, según fuentes socialistas, aumentar la contribución del sector financiero en el total de impuestos y desalentar aquellas transacciones que no mejoren la eficiencia de los mercados financieros. En este último sentido, el impuesto reduciría la especulación a corto plazo, lo que a su vez acarrearía una menor volatilidad en el mecanismo de formación de precios que se basa en la valoración fundamental de la economía y empresas. La implantación de un impuesto correctivo desalentaría aquellas transacciones que no mejoren la eficiencia de los mercados financieros.

Desde 2013, España se encuentra presente dentro de un acuerdo de cooperación reforzada, junto con otros nueve países de la Unión Europea (UE), para la introducción de un impuesto de estas características que se aplicaría en los países presentes en el acuerdo. Tras sucesivos retrasos en el diseño e implantación, a día de hoy, se desconoce la configuración del mismo y tampoco existe una fecha para su posible entrada en vigor.

En cuanto a las características del impuesto, éste debería ser del 0,01% para las «operaciones normales” –compra y la venta de acciones y bonos– y de un 0,1% para los productos derivados.

Cambio de planteamiento

Tras la llegada al poder del PSOE, ha habido ciertas modificaciones en el planteamiento inicial de los impuestos adicionales al sector bancario. Por un lado, se mantiene la intención de crear un recargo al impuesto sobre beneficios, si bien no se especifica las características del mismo. A su vez, se plantea el establecimiento de un tipo mínimo efectivo sobre el impuesto de beneficios del 15%.

Por otra parte, se plantea la posibilidad de elevar el tipo del impuesto sobre depósitos (actualmente fijado en el 0,03% sobre el total de depósitos) y eliminar las deducciones que actualmente gozan los instrumentos AT1. En este último punto, según ha podido confirmar OKDIARIO, se perseguiría que el pago de cupones en estos instrumentos tuviera una imposición doble, al igual que lo tienen los dividendos. Finalmente, en relación al impuesto sobre transacciones financieras, el Ejecutivo podría esperar a los avances en el ámbito europeo antes de su introducción a escala nacional.

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