El BCE mantiene los tipos en el 0% y aumentará la compra de deuda pública y privada «si es necesario»

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Billetes de euro.

El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) no tiene ninguna intención de retirar los estímulos económicos en el corto plazo y, de hecho, plantea incluso incrementarlos si la recuperación de la eurozona se trunca en los próximos meses.

La autoridad monetaria ha mantenido los tipos de interés en el 0%, así como la penalización del 0,4% que aplica a los depósitos de los bancos (la denominada facilidad marginal), y el volumen de compra de activos (deuda pública y privada) que seguirá a un ritmo de 30.000 millones de euros mensuales.

En un comunicado, el organismo que dirige Mario Draghi ha insistido en que espera que los tipos de interés oficiales del BCE «se mantengan en los niveles actuales durante un período prolongado que superará con creces el horizonte de sus compras netas de activos». Es decir, que hasta que no ponga fin a la adquisición de bonos públicos y corporativos no se planteará una subida de las tasas de referencia que tendrá lugar, como pronto, en el año 2019.

En relación con las «medidas de política monetaria no convencionales», que es como denomina el BCE a su programa de compra de activos, la institución indica que podría extenderse hasta más allá de septiembre de 2018 «si fuera necesario y, en todo caso, hasta que el Consejo de Gobierno observe un ajuste sostenido de la senda de inflación que sea compatible con su objetivo de inflación». Esto implica que hasta que el IPC en la eurozona no ronde el 2% se mantendrán los estímulos.

“Si las perspectivas fueran menos favorables, o si las condiciones financieras fueran incompatibles con el progreso del ajuste sostenido de la senda de inflación, el Consejo de Gobierno está preparado para ampliar el volumen y/o la duración de este programa”, añade el BCE.

Además, el organismo ha señalado también que el Eurosistema reinvertirá el principal de los valores adquiridos en el marco de este programa que vayan venciendo, durante un período prolongado tras el final de sus compras netas de activos y, en todo caso, «durante el tiempo que sea necesario». El objetivo del BCE es “contribuir a que las condiciones de liquidez sean favorables y a que la orientación de la política monetaria sea adecuada”.

De esta forma se confirma la divergencia respecto a la política monetaria europea y norteamericana un día después de que la Reserva Federal subiera un cuarto de punto los tipos de interés hasta la horquilla 1,25%–1,50% y anunciara tres incrementos más en 2018. El banco central de Estados Unidos está además en pleno proceso de reducción de balance, justo lo contrario que su hermano europeo.

Las tres consecuencias principales de este mantenimiento de los estímulos son que las familias verán como los intereses de sus hipotecas se mantienen en sus niveles actuales, las grandes empresas seguirán financiándose a un coste reducido, los gobiernos tendrán más incentivos para incurrir en déficits públicos. Todos estos elementos aparentemente positivos esconden una realidad: que los agentes económicos son cada vez más dependientes de la asistencia del BCE y que cuando su red asistencial se retire sufrirán aquellos que estén más endeudados.

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