La OCDE eleva su confianza en España, reclama no derogar la reforma laboral y pide más impuestos

El secretario general de la OCDE, Ángel Gurria (Foto: GETTY).
El secretario general de la OCDE, José Ángel Gurria (Foto: GETTY).

La economía española crecerá este año a un ritmo del 2,5%, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que ha revisado dos décimas al alza su anterior pronóstico, mientras que ha mantenido en el 2,2% su proyección de crecimiento del PIB para 2018.

De este modo, los pronósticos del ‘Club de los países ricos’ se alinean con las previsiones del Gobierno, que augura un crecimiento del PIB del 2,5% este año y del 2,4% el siguiente.

«La recuperación de la economía española, en marcha desde 2013, ha sido una de las más sólidas de la OCDE gracias a la implantación de una amplia batería de reformas estructurales, una política monetaria muy expansiva en la zona del euro, una política fiscal más laxa y un importante saneamiento del sistema bancario», destaca la organización en su informe ‘Estudios económicos de la OCDE: España 2017’.

La OCDE espera que la demanda interna seguirá liderando la recuperación de la economía española, confiando en que el consumo privado mantenga su firmeza gracias a la continua mejora del empleo, a medida que las reformas aplicadas en años anteriores continúen dando sus frutos.

Asimismo, el mantenimiento de unas condiciones de financiación favorables debería ampliar el incipiente repunte de la inversión empresarial y en vivienda, mientras que el esperado incremento de las presiones inflacionistas debería ser moderado debido al elevado desempleo.

En este sentido, la OCDE pronostica que la tasa de paro de España bajará este año al 17,5% desde el 19,6% de 2016, mientras que en 2018 se situará en el 16,1%, mejorando en dos y tres décimas respectivamente sus anteriores previsiones para 2017 y 2018.

A este respecto, la OCDE prevé que el crecimiento de la economía española descenderá ligeramente este año y el siguiente a medida que se ralentice el ritmo de crecimiento de la demanda interna y pierdan intensidad algunos factores que han contribuido a impulsar el consumo, como los bajos precios del petróleo y el descenso de los impuestos.

Asimismo, la institución aprecia riesgos procedentes tanto de factores externos como internos, incluyendo las dificultades que puede encontrar un Gobierno en minoría para legislar «las reformas de calado necesarias para impulsar el crecimiento de manera sostenible».

Además, la OCDE advierte de que una ralentización del comercio mundial podría minar aún más las exportaciones, que han sido un motor importante de la recuperación, especialmente si España pierde competitividad a nivel internacional, mientras que la organización considera «moderada» la exposición de España al ‘Brexit’.

En cuanto a los objetivos de déficit pactados con Bruselas, los nuevos pronósticos de la OCDE auguran un incumplimiento de dichas metas, ya que el desequilibrio negativo de las cuentas públicas previsto para 2017 será del 3,4%, frente al objetivo del 3,1%, mientras que para el año que viene se situará en el 2,8%, frente a la meta del 2,2%.

Más IVA, más IBI y más impuestos verdes

La estructura impositiva en España tras la última reforma tributaria sigue estando orientada hacia los ingresos laborales, según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), que considera «infrautilizados» impuestos como el IVA y el IBI, así como aquellos relacionados con el medio ambiente, mientras que propone una nueva reducción de la indemnización por despido de los trabajadores indefinidos para aliviar la dualidad del mercado laboral español.

«El peso de la fiscalidad laboral ha descendido», apunta la OCDE en su informe ‘Estudios económicos de la OCDE: España 2017’, donde considera que, sin embargo, la estructura impositiva «sigue estando orientada hacia los ingresos laborales, lo cual penaliza el crecimiento y el empleo», mientras otros impuestos con un efecto menos distorsionador, como los impuestos recurrentes sobre los bienes inmuebles residenciales, el IVA e impuestos relacionados con el medio ambiente «están un tanto infrautilizados».

Asimismo, la existencia de unas bases fiscales reducidas, en particular en el caso del IVA y del impuesto sobre sociedades, genera
distorsiones y complejidad al tiempo que reduce los ingresos.

En este sentido, la OCDE plantea la importancia de acometer una reforma tributaria de mayor alcance en España para mejorar su estructura impositiva, que brindara carácter indefinido al recorte de contribuciones sociales de las empresas en la contratación de nuevos empleados indefinidos, aunque recomienda restringir la medida a los trabajadores menos cualificados, donde hay mayor necesidad de estimular la contratación.

Por otro lado, la OCDE critica la existencia de beneficios fiscales en el IRPF «especialmente regresivos», incluyendo la deducción por inversión en vivienda habitual y las reducciones en las contribuciones a los planes de pensiones personales.

En este sentido, la organización recuerda que en 2015 se limitaron las reducciones en las contribuciones a planes de pensiones personales, mientras la eliminación del crédito fiscal por invertir en vivienda habitual cuenta con un régimen transitorio que sigue beneficiando a aquellos que adquirieron su vivienda antes de 2013.

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