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Conducir un coche de gasolina ya es un 87% más caro que un eléctrico por el alza de los precios

La gasolina y el diésel escalan a nuevos récords históricos: ya superaN los dos euros
Gasolina
Andrea Aguado
  • Andrea Aguado
  • Redactora de economía y coordinadora de OKMOTOR. Amante de las cuatro ruedas y la industria. Antes en informativos de Radio Televisión Castilla y León.

El encarecimiento de la gasolina ha ampliado la brecha entre conducir un coche de combustión y un eléctrico. En términos de llenar el depósito de un vehículo, para recorrer 100 kilómetros el consumidor gasta 15 euros en gasolina, mientras que con un coche propulsado por electricidad desembolsa 1,92 euros, lo que se traduce en un 87% más. No obstante, hay que tener en cuenta que comprar un cero emisiones es mucho más caro que un coche de gasolina o diésel.

Así lo ha explicado el CEO de emovili, Francisco Casas, en conversaciones con este diario que ha asegurado que «la subida que ha experimentado la energía es incomparable con el alza que ha sufrido el precio del combustible en las últimas semanas y provoca que conducir coches de combustión sea aún más caro».

«Suponiendo que un coche realiza un consumo medio de 16 kW cada 100 kilómetros para un vehículo eléctrico a 0,11 euros el kilovatio hora y 6,5 litros de gasolina valorados en 2 euros el litro, para recorrer dicha distancia el conductor gasta hasta 15 euros de gasolina frente a 1,92 euros en la factura de la luz», explica Casas.

Haciendo referencia a cifras más elevadas, el CEO de emovili señala que «si de media un coche recorre en un año, aproximadamente, 20.000 kilómetros -utilizando las mismas medidas de los consumos- el coste de la gasolina sería de unos 2.600 euros, mientras el coste de la electricidad sería de 384 euros». «La diferencia es aplastante», sentencia.

Barreras para comprar un eléctrico

A pesar de que el coche eléctrico es mucho más económico en el día a día que los vehículos con motores de combustión, hay una serie de barreras que hacen que este tipo de movilidad no termine de convencer a los españoles como el elevado precio de compra, la reducida infraestructura de recarga o la poca autonomía.

Factores que han provocado que la electrificación de la movilidad avance a pasos más lentos en España que en el resto de mercados del Viejo Continente. En los cinco primeros meses del año de 2022, la cuota de eléctricos en España se sitúa en el 3,5%, con 11.164 unidades matriculadas, lejos de los objetivos que se ha fijado el Gobierno de Pedro Sánchez en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC).

Aumento de los precios

A las barreras de la infraestructura de recarga -España tiene cinco veces menos cargadores que Alemania- y las dudas de los consumidores con la autonomía de los vehículos hay que sumar el aumento de los precios de los vehículos eléctricos por el alza de las cotizaciones internacionales del litio y del níquel por los efectos derivados de la invasión rusa de Ucrania.

«El níquel se utiliza para fabricar entre otras cosas baterías o acero inoxidable. Su cotización ha aumentado en un 111% y debido a ello se ha suspendido temporalmente su cotización en la Bolsa de Londres. La consecuencia directa es que este incremento de precios tendrá irremediablemente un impacto en los costes de muchas industrias.
Por su parte, el litio es uno de los materiales imprescindibles para fabricar las baterías de los coches eléctricos, está presente en las celdas que componen la batería. Esta circunstancia hace que el precio de las baterías se eleve y que, por tanto, los fabricantes tengan problemas. La buena noticia es que los expertos indican que ambos compuestos están viviendo una burbuja temporal», concluye Casas.

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