Según la Asociación Española de Empresas Contra el Fraude

Cataluña, Valencia y Andalucía son las regiones con mayor incidencia de fraude

Ramblas
Las Ramblas de Barcelona (Foto: Getty)

Cataluña, Comunidad Valenciana y Andalucía han sido en 2016 las regiones donde se detectó una mayor incidencia de fraude en los sectores de telecomunicaciones, finanzas, automoción y créditos al consumo, mientras que tan solo las empresas pertenecientes al gremio financiero han señalado a las Islas Canarias como una región donde existe un foco de esta mala práctica, según la Asociación Española de Empresas Contra el Fraude (AEECF).

Según recoge el ‘Estudio anual sobre Tendencias del Fraude 2016’, los representantes de los sectores de la automoción y telecomunicaciones ven en Cataluña como la región donde «más fraude» perciben, mientras que el 72% de los encuestados del sector financiero coincide en señalar a la Comunidad Valenciana como un «foco común de fraude».

El director general de BigBank y asociado de la AEECF, Diego Azorín, explicó que el alto índice de fraude en dichas regiones puede deberse por su situación «costera y fronteriza». A estas le siguen la Comunidad de Madrid (54,5%), Islas Canarias (22,7%), Murcia (18,3%) y Galicia (4,5%).

Por otro lado, el estudio refleja que el 68,2% de las empresas (siete de cada diez) de los sectores citados anteriormente considera que el fraude aumentó durante el último año, frente al 13,6% que afirma que ha disminuido «levemente» y al 18,2% que piensa que ha permanecido en los mismos niveles.

El 91% coincide en que una «mayor digitalización» supone también un «reto añadido» a la gestión del fraude. Ante esto, Azorín destacó que la digitalización es una «amenaza entre comillas», debido a que el defraudador opera en el anonimato. «La digitalización hace que el fraude crezca porque no se está cara a cara con el cliente y si roban nuestros datos pueden realizar operaciones en nuestro nombre. Pero vemos muy positivo el desarrollo digital», subrayó.

Los defraudadores actúan en solitario

No obstante, para tres de cada cuatro compañías (algo más del 77%) la percepción sobre la gestión del riesgo de fraude en España ha pasado de ser positiva a muy positiva, cuando en el último año el 50% consideraba que era buena o muy buena. El sector financiero es donde mayor espacio de mejora existe, ya que tan solo un 8% de los encuestados opina que el fraude ha disminuido levemente.

Asimismo, todos los sectores incluidos en el informe resaltan que detectan fraude en primera persona, especialmente en el financiero (+75%), y tercera persona en su actividad empresarial. Los fraudes más comunes en España son los de identidad (robo o suplantación), de solicitud (el solicitante altera sus datos para engañar a la entidad o bien una tercera persona asume suplantación de identidad) y ‘online’ (uso de medios electrónicos con el objetivo de robar datos).

En cuanto a las barreras que impiden compartir información, el 77,3% de las empresas señala la barrera legal como «principal impedimento». «Tenemos un sistema de protección de datos muy restrictivo, que sobreprotege al cliente y puede caer en un error. Es un sistema opaco y el mercado tendría que ser más transparente y más beneficioso para el cliente», indicó Diego Azorín.

En este sentido, añadió que están intentado colaborar con los organismos públicos para llevar a cabo un mayor intercambio de datos y evitar así la suplantación de identidad. «Es clave y fundamental compartir, creemos firmemente en ello. El foco de protección está puesto en el cliente», sostuvo.

 

 

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