Avalancha de cancelaciones de cenas de Navidad: los hosteleros ya se despiden del 30% de su facturación

Si hay un sector donde la crisis del coronavirus está golpeando con fuerza ese es la hostelería, que no levanta cabeza ante el repunte de los casos positivos y la propagación de la pandemia en las últimas semanas. Tras un confinamiento estricto hasta el mes mayo y una apertura descafeinada en plena temporada estival, los hosteleros veían la campaña de Navidad como una tabla de salvación tras un 2020 nefasto. No obstante, los bares y restaurantes ya han comenzado a recibir una avalancha de cancelaciones para estas fechas y se preparan para despedirse del 30% de su facturación anual, tras la imposición de nuevas restricciones.

Así lo han explicado fuentes conocedoras de la situación en conversaciones con OKDIARIO: «Desde que se decreto el cierre de la hostelería en algunas comunidades autónomas como Cataluña, Murcia, Castilla y León, Asturias o Navarra, los hosteleros no han dejado de recibir un goteo incesante de llamadas para cancelar comidas familiares o cenas de empresas previstas para la campaña de Navidad que comenzaba en las próximas semanas». Un nuevo golpe para el sector, ya que muchos empresarios esperaban a esta última bala para salvar las pérdidas que ha provocado el impacto de la pandemia en las cajas de sus negocios.

Y lanzan un SOS al Gobierno de Pedro Sánchez ante la situación crítica que vive el sector de la hostelería, desde que la crisis del coronavirus comenzó a dar sus primeros coletazos en el mes de marzo. «Los bares y restaurantes necesitan con carácter urgente un plan de rescate para evitar una sangría de cierres y despidos, ya que muchos negocios penden de un hilo por la falta de medidas económicas», explican.

Un plan de rescate 

«La supervivencia del motor de la economía española depende de nuevas medidas como expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) totales para las empresas, bajada de alquileres, paralización de los créditos relativos a los negocios, exoneración de la cuota de autónomos, prestación por cese de actividad o exoneración total de la Seguridad Social de los trabajadores», piden para garantizar la viabilidad del sector más allá de la campaña de Navidad.

Ante este escenario, los hosteleros continúan reclamando que cerrar no es la solución, y ponen como ejemplo la Comunidad de Madrid, donde pese a que la hostelería se mantiene abierta, han logrado contener las cifras y doblegar la curva de contagios. Y es que mantener abiertos los bares y restaurantes ha conseguido proteger al 10% del sector de la región del riesgo de cierre, ya que se estima que unos 2.365 locales no sobrevivirían a restricciones más duras como las que han aplicado ya otras comunidades autónomas.

Por su parte, calculan que un total de 100.000 establecimientos cerrarán en los próximos meses si continúan las restricciones, que han provocado que 400.000 familias ya hayan perdido su empleo por el impacto de la crisis del coronavirus. Unos datos que se suman al aumento del número de los concursos de acreedores que se han disparado un 78% en el mes de septiembre. La pandemia ha provocado que el sector hostelero acumule 254 suspensiones de pago o quiebras en lo que va de año.

Golpe a la hostelería

Mientras tanto en España el sector hostelero continúa denunciando la estigmatización y criminalización que ha sufrido por parte del Gobierno de Sánchez, y las pérdidas que han registrado como consecuencia de los toques de queda y restricciones impuestas para tratar de contener la propagación de la pandemia. Esta denuncia, se ha incrementado después de conocerse que los bares y restaurantes españoles solo concentran el 3,5% de los contagios en España desde el pasado mes de mayo.

«Nos vuelven a situar en el foco cuando los propios datos del Gobierno demuestran que el indice de los contagios supone menos del 3,5%, mientras los casos en reuniones familiares y de amigos tienen una incidencia seis veces mayor que en los bares y restaurantes», critican y alertan que cerrar los negocios de los hosteleros forzaría a muchas personas a reunirse sin condiciones de seguridad.