Acuerdo PSOE-Podemos

El acuerdo garantiza un futuro más doloroso para unos bancos que empezaban a recuperarse

La incertidumbre regulatoria penetra en los bancos con el pacto PSOE-Podemos justo cuando más mejoraban sus perspectivas tras varios trimestres muy negativos. El peligro regulatorio se suma al resto de riesgos a los que se enfrentarán las entidades financieras.

Pablo Iglesias
Pablo Iglesias y Pedro Sánchez.

El sector bancario será, junto con el eléctrico, posiblemente el más castigado por un acuerdo programático entre PSOE y Podemos. Estos dos sectores regulados son los principales en los que el partido morado ha puesto el foco y no sólo Bankia como banco público, sino también Caixabank, han sufrido este martes en bolsa.

José María Luna, analista independiente, considera que con este nuevo panorama «el inversor de fuera se va a encontrar con un país con medidas populistas». Y señala la tasa a las transacciones financieras y la digital como ejemplos de lo que puede venir: «Se torpedea al que debe de generar valor, porque el valor lo generan los ciudadanos y sus empresas. Puede ser que nos quedemos en el vagón de cola de la economía financiera y el mercado de capitales. Si torpedeas la financiación de las empresas provocas una argentinización de la economía española».

Por su parte, el analista Javier Santacruz manifiesta a OKDIARIO que «los que tienen más negocio doméstico, por ejemplo Caixabank, Sabadell, incluso Bankinter, que está más en banca institucional, son los que lo van a tener más complicado porque dependen del negocio nacional y su diversificación internacional es muy pequeña». Según asegura, hay un riesgo fiscal claro. Del impacto regulatorio se librarán en buena medida Santander y BBVA, bancos donde aproximadamente el 20% del margen bruto proviene del mercado nacional pero que dependen más de otros países (Santander de Brasil, BBVA de México).

Victoria Torre considera, por otro lado, que «el riesgo político es importante y esta situación no es la óptima para la estabilidad que requiere la inversión». «En relación a la banca, la imposición de un impuesto sobre su actividad es un aspecto sobre el que se ha debatido largamente, y que a priori podría tener efectos desfavorables para la economía. Hay que tener en cuenta cuál es el papel que desempeñan los bancos en la economía, como vehículo de concesión de créditos, uno de los aspectos que influyen en el crecimiento. Si tenemos en cuenta las últimas exigencias de los reguladores europeos y a esto le añadimos una carga impositiva mayor, las entidades bancarias podrían ver restringidos sus resultados y esto, a su vez, podría impactar en su actividad comercial», remacha.

Impuestos a los ricos

Además de las medidas que pudieran afectar exclusivamente a los bancos, existe la posibilidad de que un exceso de gasto provocara problemas en la cuadratura del déficit. «Cualquier incertidumbre en este sentido o temor sobre un incremento significativo del gasto público podría alertar a los inversores internacionales y despertar viejos fantasmas», indica Torre.

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