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ING se desmarca de sus socios de la AEB: afirma no sufrir la crisis reputacional del sector

El banco neerlandés entró en el mercado español mostrándose como nativo digital y con pátina de transparencia y estas cualidades parecen haber surtido efecto, según aseguran

César González-Bueno, nuevo consejero delegado de Banco Sabadell
César González-Bueno, nuevo consejero delegado de Banco Sabadell

ING ‘pasa’ de los movimientos del sector bancario español para mejorar la reputación bancaria. La entidad naranja no se siente afectada por un problema de mala imagen sectorial en España, puesto que sus análisis de reputación señalan que es un banco que tiene buena imagen entre el consumidor español.

Sorprende el mensaje del banco neerlandés en un momento en el que la mala reputación de los bancos es el primer problema que quiere afrontar el sector, tal y como ha reconocido el presidente de la AEB José María Roldán, la última vez esta semana. Los bancos creen que no están sabiendo explicar la importante función que realizan en la sociedad y lo imprescindible que es un sector financiero sólido para el crecimiento de un país como España, donde además han facilitado el acceso a la vivienda en propiedad a una gran mayoría de la población.

Sin embargo ING, que forma parte como asociado de la AEB, no se encuentra especialmente concernido por este deseo. El banco neerlandés presentó este jueves sus resultados en el mercado ibérico (España y Portugal) por primera vez desde que tiene presencia en él. Ganó 163 millones de euros sin extraordinarios en 2018 y aumentó un 6% su número de clientes, a la vez que sacó pecho por tener un mix de ingresos mucho más diversificado del que tenía en 2012: menos ingresos por depósitos (lejos queda la retribución de su cuenta nómina), menos en banca corporativa y muchos más en hipotecas, crédito al consumo y productos de inversión.

ING entró en España intentando ser un outsider en un mercado muy tradicional y así consiguó hacerse con más de tres millones de clientes siendo uno de los primeros en ofrecer una experiencia plenamente online. Desde entonces su evolución ha discurrido separada a la del resto de la banca española y ello se muestra en cómo no se siente afectado por los problemas reputacionales de su sector.

¿Por qué no tienen problemas?

Según Francisco Concepción, profesor de MBA de la Universidad Europea de Canarias y experto en asesoramiento financiero y servicios de inversión (EAFI), «entiendo a que se debe a que ING no ha estado expuesto a la comercialización y distribución de productos financieros no idóneos a sus clientes, atendiendo al perfil financiero y conocimientos financiero de éstos. No distribuyó coberturas (warrants), preferentes, convertibles y demás»

Además, asegura el experto, «su oferta hipotecaria está muy medida y no han hecho una comercialización indiscrimina ni masiva, lo que tampoco tienen incidencia en términos de desahucio. Su portafolio de productos está muy ligado a “cuenta naranja/cuenta corriente sin comisiones”, que ha calado en el imaginario público». De hecho, concluye Concepción, «sus esfuerzos actuales se centran en ampliar este portfolio para rentabilizar la masa de clientes que han captado con su propuesta de la ‘cuenta naranja’”.

Cambio de sede

Por otra parte, los directivos del banco naranja han confirmado que ING se encuentra en búsqueda de una nueva sede en Madrid que permita dar cobijo a los 1.500 empleados que ya tiene la compañía en España, y que debido al crecimiento constante en plantilla que tiene la empresa -en 2018 100 personas, la mayoría perfiles tecnológicos- es una necesidad imperiosa. Actualmente ING ocupa un espacion de 9.000 metros cuadrados en Las Rozas, una localidad al noroeste de Madrid.

Sin embargo, su intención es trasladarse a la capital, pues este es uno de los argumentos más importantes a la hora de conseguir captar talento, según indicaron sus directivos, junto con el salario y el propio proyecto profesional. A ING le cuesta ahora captar algunos perfiles tecnológicos por su lejanía respecto al centro.

Aunque en realidad, en este aspecto el banco holandés sí puede considerarse uno más. Santander está en Boadilla del Monte, a 20 kilómetros del centro de la capital, BBVA en Las Tablas, en el límite norte, y sólo Bankia y Bankinter, de los bancos con sede real en Madrid, se encuentran en un emplazamiento que puede considerarse céntrico.

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