¿Quién es quién en DIA?

La caída de sus resultados operativos, los problemas financieros y una vorágine de cambios corporativos son algunos de los principales ingredientes de la crisis en la que se encuentra inmersa la cadena de supermercados DIA, cuyo futuro se decide en las próximas semanas.

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Supermercados DIA (Foto: DIA).

El grupo se encuentra en una situación compleja: ha incurrido en «causa de disolución» o quiebra técnica -porque su patrimonio neto está en negativo- y necesita de una ampliación de capital para recuperar el equilibrio.

Pero la recapitalización propuesta por los gestores de DIA por 600 millones de euros no es respaldada por su principal accionista, el multimillonario ruso Mijaíl Fridman.

De hecho, Fridman -que a través de la sociedad LetterOne controla el 29% del capital- ofrece una alternativa: una Oferta Pública de Adquisición (OPA) voluntaria sobre la firma y se ha comprometido a ampliar capital por 500 millones de euros en caso de que tenga éxito.

También juega un papel clave la banca acreedora, que ha aceptado de momento alargar los vencimientos de varias líneas de crédito; y Goldman Sachs, que asesora a Fridman y a la vez es propietaria del 5,69% del capital.

Al escenario se han sumado en las últimas semanas dos grupos de accionistas minoritarios críticos con el magnate ruso y que exploran la posibilidad de que un caballo blanco -es decir, otro nuevo inversor- con suficiente capital como para reflotar la cadena presente una mejor oferta.

El consejo de administración de DIA

Liderado desde finales de diciembre por Borja de la Cierva (ex de El Corte Inglés e Inditex), ha llevado a cabo en los últimos días una gira para mantener encuentros con analistas y fondos de inversión para recabar apoyos a su ampliación de capital.

Además, prepara la convocatoria de la junta de accionistas, que debe tener fecha oficial antes de que acabe febrero e incluirá en el orden del día la ampliación de capital.

A la espera de conocer su futuro, el consejo también ha comenzado a implementar el nuevo plan estratégico con una bajada de precio en productos de marca blanca que ya se aplica en sus supermercados.

El mayor accionista, LetterOne (Fridman)

De forma paralela, el equipo del multimillonario ruso ya ha empezado a mantener contactos con analistas en España -y la semana que viene se extenderán a nivel internacional y a fondos de inversión- para defender la propuesta de su OPA.

En su opinión, el precio ofrecido de 67 céntimos responde a la realidad de la firma; para reforzar este argumento -hablan de situación «límite» y «dramática»- hacen referencia a los resultados anuales de 2018, conocidos el día 8 de febrero y que revelan 352,6 millones de euros de pérdidas, una caída de ingresos del 11% y una contracción de su Ebitda del 35%.

El paso más inmediato es enviar la próxima semana la documentación al regulador bursátil para oficializar su OPA, a la espera de recibir el visto bueno de las autoridades de Competencia.

Acción concertada

Es uno de los grupos de accionistas minoritarios surgidos al calor de la crisis de DIA; detrás de este movimiento se encuentra el francés Gregoire Bontoux (Naturinvest), miembro de una de las ramas del clan que históricamente ha controlado el accionariado de Carrefour, y los hermanos Pedro y Pablo Gómez-Pablos Calvo.

Oficialmente representan un 3% del capital, aunque según un portavoz están a punto de cerrar la adhesión de otros inversores y pasarán a controlar cerca del 10%.

Fuentes próximas a este grupo apuntan que su objetivo es consolidar una voz propia frente a la OPA de Fridman, cuya oferta de 67 céntimos por acción consideran que no refleja realmente el valor de la compañía.

Asociación de Accionistas Defensores de DIA

Fundada por el empresario Rafael del Castillo y con varios economistas implicados en el proyecto, este grupo dice aglutinar a cerca de 300 accionistas minoritarios que, de forma conjunta, concentrarían poco menos de un 2% de los títulos, de acuerdo con sus cálculos.

La plataforma rechaza de forma tajante la OPA de Fridman y asegura haber mantenido ya contactos con inversores y empresarios españoles para que alguno -o varios a la vez- ejerza de caballero blanco y reflote DIA.

En su opinión, la compañía necesita «un accionista de referencia» y a ser posible de nacionalidad española, debido a la importancia de DIA para el sector agroalimentario del país

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