Liquidez

No te de vergüenza tener liquidez en tu cartera

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Liquidez

Después de un cierre de año de vértigo, nos encontramos con el año 2019 de bruces, apaleados, descreídos y preocupados.

Afortunadamente, los primeros días del año los mercados de renta variable han conseguido rebotar algo (más o menos un 3%), que en relación con las caídas de diciembre, es irrisorio.

Resumir, a toro pasado, lo que ha pasado en el mercado, es sencillo: la subida de tipos de interés en EEUU, las dudas respecto a la evolución del ciclo económico con revisiones a la baja de expectativas, las tensiones comerciales entre EEUU y China, la desaceleración en China, los presupuestos italianos, el ‘Brexit’ y los cambios de gobiernos en Brasil y Méjico. Novedades ninguna. Cada uno de estos puntos los sabíamos antes de la fuerte caída de diciembre.

La situación en la que estamos cobra relevancia a medida que vemos los resultados: el elevado endeudamiento global que supone un grave lastre para el crecimiento y el miedo a que los bancos centrales endurezcan las condiciones demasiado o demasiado rápido y precipiten una recesión al no conseguir un “aterrizaje suave”. De momento, la Fed ya ha anunciado sólo dos subidas más de tipos, cuando iban a ser tres. Y el BCE ha hecho efectivo a 1 de enero 2019 el fin del programa de compra de activos, abriendo de paso la posibilidad de subida de tipos de interés el próximo verano.

Desde que escribo en este medio, insisto en el momento de mercado actual y el hecho de que la decisión de estar en mercado monetario o liquidez es una decisión de inversión. Y sigo en lo mismo. Se ha probado con los resultados de los fondos alternativos, que pretenden dar siempre rentabilidad absoluta, en este entorno, están igual de perdidos. Prácticamente todos han terminado en negativo. Y, por cierto, son caros, muy caros.

¿Qué más se puede hacer en este entorno? Pues es un tema de probabilidades y de coste de oportunidad. Si creemos que la probabilidad de que haya una recesión existe y es relativamente alta, debemos tener más liquidez. En la parte de la cartera que queramos invertir en riesgo, claramente esperaría tranquilamente. Y si ya he comprado, con lo que se ha ganado un 3,5% en EEUU y el 2,2% en Europa desde final de año a hoy, casi vendería… Habrá más oportunidades a lo largo del año.

En cuanto a las divisas, el año pasado la inversión en USD hubiera sido una buenísima inversión, con una rentabilidad contra el euro del 4,50%. ¿Podemos esperar lo mismo este año? Esta primera semana y media de mercado, con las subidas de renta variable, hemos visto el USD muy cerca del 1.16 contra el euro. En esos niveles, me parece buen precio para tener una parte de la cartera comprada en esa divisa, de momento, para mantenerla en liquidez o mercado monetario, pero en algunos meses, para comprar bonos americanos a 10 años con una rentabilidad del 2,80% – 3%. ¡Qué pena no haber comprado ya a finales de octubre cuando la rentabilidad del bono americano se puso a 3,20% de rentabilidad!

Se puede argumentar que la deuda de alta rentabilidad tiene diferenciales atractivos, igual que la deuda local de mercados emergentes, y es probable que sea cierto. Aún así, realmente, ¿qué parte de una cartera se invertiría en esta subclase de renta fija? Pues quizá no más de un 5%-10% del total de una cartera… por lo que no me parece que convenga, solamente teniendo en cuenta el binomio rentabilidad/riesgo.

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