Fiebre por la vivienda: los pisos se encarecen un 0,9% en octubre a la espera de otra subida del 3%

La arraigada cultura de compra de vivienda que existe en España, unida a la llegada de inversores internacionales de distinto signo (fortunas latinoamericanas, inversores chinos, fondos de inversión, etc.) no sólo ha permitido que el ‘ladrillo’ español se recupere a un ritmo muy superior al mercado laboral, sino que está provocando un nuevo encarecimiento de los precios de la vivienda que muchos califican ya como otra ‘burbuja’ inmobiliaria en las grandes ciudades españolas.

Según los últimos datos publicados este lunes por el Consejo General del Notariado, el precio por metro cuadrado de las viviendas tipo piso -esto es, la tipología más común de las grades ciudades- se disparó un 0,9% en octubre. En el caso de los pisos de precio libre, ese aumento alcanzó el 1%.

Esta subida, acorde con la tendencia que viene marcando el mercado en los últimos meses, no parece tener horizonte. Según un informe de Moody’s, en 2019, la vivienda se encarecerá en España otro 3%. Los analistas de la agencia de rating, justifican estas previsiones por la revalorización que viene experimentando la vivienda en España y el crecimiento del volumen de ventas.

Se trata de un ritmo de subidas muy superior al que Moody’s maneja para otros mercados. Por ejemplo, en el caso de Italia, la firma estima que el incremento será del 1% en los próximos tres años.

Los últimos datos que publicó el Instituto Nacional de Estadística (INE) mostraban que quienes habían adquirido una vivienda en verano (entre julio y septiembre) habían pagado un 7,2% más que quienes lo habían hecho en el mismo periodo del año anterior. Esta velocidad de subida de precios se asemeja al de los años anteriores a la crisis económica que estalló en 2007.

Sin embargo, pese a que aquella ‘burbuja’ todavía está muy presente en el imaginario colectivo, lo cierto es que tanto desde el Gobierno, como desde el Banco de España se descarta que se esté volviendo a producir una situación similar. Entre otros motivos, porque quienes tiran de los precios son las grandes ciudades y no las pequeñas localidades.

El Banco de España descarta ‘burbuja’

De hecho, en el Informe de Estabilidad Financiera de noviembre, el Banco de España descartaba de forma rotunda que se esté produciendo una subida incontrolada e injustificada como la de aquellos años. Un discurso acorde con el que desde el Gobierno ha mantenido la ministra de Economía, Nadia Calviño, que en repetidas ocasiones ha negado una posible ‘burbuja’.

«Los indicadores basados en los precios medios nacionales no evidencian indicios de sobrevaloración generalizados de la vivienda», afirmaba el organismo de Pablo Hernández de Cos en el citado Informe de Estabilidad Financiera. Además, añadía, «aunque la oferta de nuevas viviendas también ha seguido avanzando (en los últimos 12 meses terminados en agosto de 2018 se situó en 95.000, más de un 25 % por encima de la cifra de agosto del año pasado), los niveles actuales se sitúan muy por debajo de los alcanzados antes de la crisis».

En este sentido, el Banco de España destacaba que la recuperación de los precios está siendo «muy intensa»en algunas zonas, como las grandes capitales y las islas, y «muy moderada en otras zonas».

Compras ligadas al crédito

Los últimos datos del Colegio de notarios confirman también que la compra de vivienda está relanzando el mercado hipotecario. Según sus datos de octubre, el número de hipotecas firmadas en España creció un 9% frente al mismo mes del año anterior (descartado el efecto de la estacionalidad, la subida queda en el 4,3%) .

Un hecho que también constataba el Banco de España en el citado documento, pero al que restaba importancia debido a que las hipotecas firmadas antes de la crisis que tocan el fin de vida son más numerosas que las que se constituyen nuevas. «A pesar de que las nuevas operaciones del crédito destinado a la vivienda han mostrado un elevado crecimiento (17,7 % en septiembre, en tasa interanual), su volumen es todavía inferior al de las amortizaciones, por lo que su saldo vivo sigue contrayéndose».