Banco Popular

Popular revisaba como mínimo cada dos horas su liquidez desde finales de marzo

El Banco Popular creo un comité de seguimiento de la liquidez de la entidad que enviaba directamente al Banco de España

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Emilio Saracho, ex presidente del Banco Popular.

Banco Popular puso en marcha un proceso interno de monitorización continuada de la evolución de la liquidez a finales de marzo de 2017, con una frecuencia elevada y creciente que llegó a ser, como mínimo, cada dos horas, y cuyo cuadro resumen era remitido al Banco de España de forma puntual, según un informe confidencial del supervisor fechado dieciséis días después de la resolución de la entidad y al que ha tenido acceso Europa Press.

Popular creó este Comité de Seguimiento de la Liquidez de alto nivel, con capacidad para recomendar la solicitud de una Provisión Urgente de Liquidez (ELA), para evaluar la evolución diaria de la misma y sus perspectivas debido a la pérdida progresiva de la confianza de los inversores, provocada por factores como las importantes tensiones en el seno del consejo o la remisión de una carta por parte de PwC a los principales supervisores españoles sobre «aspectos preocupantes» en los libros de la entidad.

Según consta en el documento, durante los meses de abril y mayo se produjo una continua y cada vez mayor retirada de depósitos de Banco Popular. Se estima, de hecho, que la pérdida media diaria era de alrededor de 200 millones de euros en el cuarto mes del año y del entorno de 300 millones de euros durante el mes siguiente. En mayo se llegaron a producir salidas particularmente pronunciadas en días concretos, superiores a los 800 millones de euros, que correspondían sobre todo a grandes clientes.

El banco se había marcado internamente el umbral de los 3.000 millones de euros en liquidez para una eventual solicitud de ELA. Este nivel lo dejó significativamente atrás el 25 de mayo, cuando su segunda línea de liquidez cayó hasta los 2.708 millones de euros. Sin embargo, el banco decidió que ELA sólo se solicitaría si la liquidez se colocaba de forma «estable y no puntualmente» por debajo de la cifra objetivo.

Poco más de una semana después, el 2 de junio, la liquidez de Popular en el Banco de España se redujo en 1.332 millones de euros, a la vez que se produjo una fuerte pérdida de la cotización bursátil de la matriz, que llegó a desplomarse cerca de un 20%, mientras que la incertidumbre entre inversores y depositantes sobre el futuro de la entidad continuaba creciendo.

A la mañana siguiente, el sábado 3 de junio, se celebró una reunión de emergencia en la sede del Banco de España entre una delegación del banco presidida por su consejero delegado Ignacio Sánchez-Asiaín, y una delegación del supervisor presidida por el subgobernador Javier Alonso, con el fin de repasar de forma pormenorizada el balance y la disponibilidad y forma de movilización de activos no comprometidos que pudieran utilizarse como garantía de ELA.

Urgencias

En este momento se acordó dar el paso y solicitar la ELA al supervisor por importe de 1.900 millones de euros, que se formalizaría a las 8.33 horas del lunes 5 de junio con una carta enviada por Ignacio Sánchez-Asiaín, a la que tuvo acceso Europa Press, en la que explicaba que el banco estaba atravesando «dificultades» de liquidez que podían tener repercusiones también sobre el resto del sistema financiero español.

En la misiva, Sánchez-Asiaín subrayaba que las «dificultades» se referían única y exclusivamente a su liquidez, sin que su solvencia estuviera comprometida, al tiempo que aseguraba reintegrar al banco de España dicha provisión en el plazo convenido.

En los anexos de la carta remitida al supervisor se incluye un cuadro en el que se expone el escenario base por el que se solicita la liquidez, con proyección al 16 de junio, aunque advierte de la posible retirada de depósitos por importe de 1.300 millones de euros por parte de un cliente en concreto y que podría producir alteraciones en las previsiones.

En este momento, la liquidez en Banco de España de Banco Popular ascendía a 1.493 millones de euros, por lo que, tras mostrar las garantías adecuadas y suficientes, la Comisión Ejecutiva del supervisor acordó conceder la línea de liquidez, así como una ampliación de ELA hasta un máximo de 9.500 millones por riesgo de agravamiento de las tensiones.

Durante los días 5 y 6 de junio, Popular recibió varios abonos en cuenta de dicha provisión de liquidez de emergencia, aunque cada vez le resultaba más complicado aportar de forma adecuada toda la información necesaria para que se pudiesen validar los préstamos y créditos como garantías.

De no haber sido posible la formalización y ejecución de ELA, el Banco de España calcula que en poco más de tres horas pasado el mediodía del 5 de junio, la entidad habría tenido que interrumpir sus pagos.

Las últimas horas

El 6 de junio, último día que Banco Popular abrió sus oficinas al público antes de su resolución y posterior venta, pudo cerrar con un saldo positivo de algo menos de 600 millones de euros en liquidez, lo que le permitía al menos disponer de un colchón para comenzar el nuevo día mientras se iban formalizando garantías adicionales.

Así, de cara al día siguiente, el banco había adelantado por correo electrónico copias de la documentación que se le había solicitado para formalizar las garantías sobre sus acciones en WiZink o Metrovacesa. También continuaba trabajando para poder pignorar el resto de la cartera de préstamos y créditos no hipotecarios concedidos a personas físicas.

Con todo, la noche del día 6 de junio Banco Popular fue declarado ‘Failing or Likely to Fail’ y entró en proceso de resolución. En el informe, el Banco de España aclara que la propia entidad había cursado una carta al Mecanismo Único de Resolución (MUS) previamente a la declaración oficial por parte de este, autocalificándose como inviable o cerca de serlo.

Popular fue finalmente adquirido por Banco Santander el mismo día 7 como parte del proceso de resolución al simbólico precio de un euro, tras tomar la iniciativa de solicitar la terminación del ELA. A partir de ese momento, se pusieron en marcha en el Banco de España los preparativos para la cancelación de la provisión urgente y antes de las 14.00 horas se procedió a adeudar en la cuenta del banco el importe correspondiente al principal y los intereses de la financiación.

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