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Francisco González no se resigna a su jubilación: «Me tengo que reinventar»

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El presidente de BBVA, Francisco González, en Singapur. (Foto: BBVA)

Después de casi dos décadas al frente de BBVA, Francisco González (Chantada, Lugo, 1944) debe jubilarse. Era un secreto a voces que al todavía presidente del banco le hubiera gustado seguir en el cargo. Pero la obligación de iniciar un proceso de sucesión ordenada en la presidencia de la entidad financiera y el recelo con el que el BCE seguía ese relevo han hecho que el banquero deje paso a su sucesor, Carlos Torres Vila.

El cambio en la presidencia tendrá lugar el 31 de diciembre de 2018, un año antes de lo que los estatutos del banco permitían estirar el mandato de FG. Un banquero que pasará a la historia como el hombre que lideró la expansión internacional de BBVA y el inicio de la gran transformación digital que todavía está en marcha.

Cuando Torres Vila asuma sus funciones, Francisco González no optará por vivir una jubilación tranquila gracias a los 80 millones de euros que se embolsará tras su salida del banco en virtud de un acuerdo que firmó en 2019. Lejos de eso, el banquero se dispone a «reinventarse», según confiesa en una entrevista que difundirá la entidad este jueves.

«Yo haré algo, seguro. Me tengo que reinventar, que es algo que siempre he hecho», asegura el ejecutivo. Pese a que reconoce que se dispone a pasar más tiempo con su familia, González avanza su interés por los proyectos de nuevos emprendedores.

El presidente de BBVA asegura que dejará todos sus cargos en el banco. «Es fundamental dejar espacio al nuevo equipo y además es lo lógico, teniendo en cuenta los elevados estándares de gobierno corporativo de esta casa», asegura. No obstante, en la entrevista no aclara si está cerrada la puerta a que su retiro pase por presidir la Fundación BBVA, como publicó este periódico. Sería un destino acorde con el camino que han seguido por otros grandes de la banca española que han abandonado la primera línea de las finanzas.

Un proceso madurado

Tras demostrar su confianza en Carlos Torres Vila, FG reconoce en la citada entrevista que el consejo de administración del banco llevaba tiempo trabajando en el plan de sucesión. «Es lo que nos tocaba hacer, porque un cambio así tiene que estar muy trabajado, muy madurado. Una vez que está claro el camino, no había que dilatar la decisión», apostilla. Conforme a los estatutos del banco, Francisco González podría haber estirado su mandato un año más, si bien el BCE era partidario de que dejara la presidencia al cumplir los 75 años, algo que ocurrirá el próximo mes de octubre.

Preguntado sobre lo que más echará de menos cuando se jubile, el banquero gallego no duda en responder que a su equipo, aunque también reconoce que echará en falta otras rutinas de su trabajo, como los viajes. «Calculo que desde que estoy en BBVA he viajado el equivalente a dar la vuelta al mundo unas cien veces. Viajar es esencial para entender las dinámicas que hay fuera de tu entorno», reconoce.

FG prefiere dejar que el balance de su gestión lo hagan otros. Pero el banco  que abandona es muy distinto al de hace 18 años. Bajo su liderazgo, la entidad que surgió de la fusión de Banco Bilbao Vizcaya y Argentaria se ha expandido por Latinoamérica (fundamentalmente México), Estados Unidos y Turquía. Además, ha sorteado la crisis como una entidad capaz de absorber otros bancos españoles en apuros (Unnim y Catalunya Banc) y ha demostrado su independencia al negarse a respaldar proyectos impulsados desde el Gobierno, como el banco malo Sareb.

Sin embargo, sus mayores esfuerzos de los últimos años han sido para preparar la entidad para competir en la llamada Cuarta Revolución Industrial. Un mundo en el que las máquinas y el entorno digital será cada vez más protagonista y en el que el banco tendrá que culminar su transformación ya de la mano de Torres Vila.

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