Impuestos

España aún no ha recuperado todas las rentas altas que se fueron por la subida fiscal al IRPF de Montoro

En 2014, tras la subida de impuestos, los declarantes 'ricos' bajaron a 68.107 personas

En 2016, ya con la bajada del IRPF, las rentas altas eran todavía un 3,8% inferiores a 2008

Manuel Lagares afirma que es "ingenuo" pensar que recaudarán lo esperado

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Cristóbal Montoro en el Congreso

España todavía no ha recuperado el volumen de rentas altas sometidas a IRPF que tenía antes de la crisis y el ‘impuestazo’ con el que el Gobierno de Pedro Sánchez y su socio Podemos quieren gravar a estos contribuyentes lastrará aún más la recuperación de esos profesionales que son claves para impulsar el consumo interno.

Las estadísticas reflejan cómo cada vez que se toca ese tributo, el número de declarantes a los que Podemos tacha de ‘ricos’ experimenta un retroceso. Una reacción normal en un contexto mundial en el que «mover el capital es sencillo y lícito gracias a multitud de mecanismos», según reconoce a OKDIARIO el catedrático Manuel Lagares, quien presidió la comisión de expertos de la última reforma tributaria en España.

En 2008, el número de personas que declaran IRPF con una renta superior a 150.000 euros en España alcanzaba 94.464, según las estadísticas facilitadas a este periódico por Gestha. Una cifra que por su reducido tamaño ya llamaba la atención en los años del boom y que todavía no se ha recuperado.

De acuerdo con esas estadísticas, en 2016, el número de declarantes de IRPF por encima de esa cuantía era un 3,8% inferior al de antes de la crisis con un total 90.788 personas, que representan tan sólo el 0,46% de los contribuyentes españoles.

Un dato que no sólo puede ligarse a la evolución económica. Llama la atención cómo después de que el Gobierno de Mariano Rajoy decidiera subir los impuestos a las rentas más altas para hacer frente a la crisis en 2012 el número de declarantes de IRPF por encima de 150.000 euros bajó con fuerza en España. En concreto, en 2014, con esa subida fiscal ya plenamente operativa, se situó en 68.107 personas con un importe medio sometido a gravamen de 219.926 euros.

La evolución de las rentas altas en España. / Gestha
La evolución de las rentas altas en España. / Gestha

Es cierto que la crisis también tuvo incidencia en esas rentas. Sin embargo, es llamativo lo rápido que se recuperó la cifra en 2016, es decir, el año en el que se disfrutó del pleno vigor de la bajada del Gobierno del PP a ese tramo del IRPF anunciada antes de las elecciones generales. Ese ejercicio, el número de declarantes ‘ricos’ volvió a aumentar hasta 90.788 personas. Una recuperación que todavía no ha permitido volver a los volúmenes precrisis, aunque el importe medio sometido a gravamen de ese grupo de profesionales alcanza ya los 228.610,7 euros, por encima de los 196.631 euros de 2008.

Según los últimos datos de Gestha, el número de declarantes es todavía un 3,8% inferior al del año en el que estalló la crisis

El secretario general de Gestha, José María Mollinedo, explica a este periódico que existen mecanismos lícitos por los cuales las rentas altas pueden desviar capital . Sin embargo, añade que hay muchos contribuyentes en el IRPF que tienen complicado trasladar su nómina a otros lugares por «intereses profesionales, sociales y familiares». No ocurre así, añade, en casos como el de deportistas de élite como ha sido el caso de Cristiano Ronaldo.

Sin embargo, el catedrático Manuel Lagares considera que el número de rentas altas que podría tomar decisiones si se cumple la amenaza de subir impuestos podría ser elevado, lo que haría fracasar la medida en términos de recaudación. «Muchos rendimientos altos son de ejecutivos de multinacionales que tienen fácil cambiar el rendimiento del trabajo a otro país y distribuir su salario entre diferentes lugares. Es ingenuo pensar que con esa subida al IRPF van a recaudar lo que esperan», reconoce Lagares.

Según los cálculos de Gestha, las rentas altas afectadas por el aumento del impuesto sobre IRPF tendrían que pagar una media de 4.400 euros más al año, lo que representa un 2,1% de incremento en su factura fiscal. Una merma en su poder adquisitivo que en el mejor de los casos, esto es, en el escenario de que su nómina permanezca en España también tendrá un impacto negativo en el consumo interno de esas rentas que juegan un importante papel para tirar de la economía, según los expertos.

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