La debilidad del Gobierno abre la puerta a que el fin de los peajes no entre en vigor

La decisión de Fomento de acabar con los peajes es un golpe de 792 millones a la facturación de Abertis

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Autopistas de peaje.

La decisión del nuevo ministro de Fomento, José Luis Ábalos, de poner fin a las concesiones de las autopistas de peaje y optar por un modelo de gratuidad supondrá un golpe para la facturación de las concesionarias que operan en España. En especial, para Abertis, que factura unos 792 millones de euros por las cuatro concesiones de sus filiales Aumar y Acesa que están ahora en el aire. El bocado a sus ingresos no es menor, aunque estos superaron los 5.000 millones de euros en 2017.

Para el grupo de autopistas, en manos de Hochtief (ACS) y Atlantia, este varapalo no es una sorpresa. Ya el anterior Gobierno, desde los tiempos en los que Ana Pastor estuvo al frente de la cartera de Fomento, abrió la puerta a no renovar las concesiones de las autopistas de peaje, aunque nunca habló de establecer un modelo de gratis total por su uso. De hecho, el grupo llegó a dotar un colchón con 136 millones de euros para preparar un posible fin de esas concesiones, lo que exige entregar las vías recién actualizadas.

Pero aunque el vencimiento de sus grandes concesiones (2019 y 2021) siempre estuvo en la mente de sus accionistas, hasta ahora se había dejado la puerta abierta a que el grupo pudiera optar de nuevo a la adjudicación de las autopistas a cambio de nuevas inversiones.

Abertis es concesionaria de cuatro de los cinco peajes afectados de forma más inminente por el anuncio de Ábalos. La compañía explota el tramo de la AP7 Alicante-Tarragona y el de la AP4 Sevilla-Cádiz a través de su filial Aumar. Ambos vencen en diciembre de 2019. Además, tiene el tramo de la AP7  Barcelona – La Junquera- Tarragona (que vencerá en 2021) y el tramo de la AP2 Zaragoza- Barcelona (también con vencimiento en 2021). Estos dos últimos están en manos de su filial Acesa.

El pasado año, Aumar aportó a Abertis unos 302 millones de euros, a los que se suman otros aproximadamente 490 millones que aporta Acesa. En total, son unos 792 millones de euros los ingresos que Abertis podría perder con el fin de estas concesiones.

Consciente de los riesgos de ligar en exceso el negocio a un segmento regulado y controlado por el Gobierno, Abertis lleva años inmerso en un plan de diversificación para blindar su resultado ante posibles contratiempos como el que puede suponer el plan de Ábalos.

La compañía cuenta con presencia en otros países de Europa y Latinoamérica. En España, también explota algunas concesiones autonómicas.

Junto a Abertis, Europistas (grupo Itínere) es la otra concesionaria más afectada por la hoja de ruta avanzada por Fomento. Su concesión de la AP1 que conecta Burgos con Armiñón (Álava) es la primera que expira. Su vencimiento será en diciembre de 2018, con lo que es muy probable que pierda la concesión si el Gobierno de Pedro Sánchez sigue de aquí a final de año.

Sin embargo, en el caso de Abertis, el hecho de que su primer contrato termine en diciembre de 2019 plantea la incógnita de si para entonces Pedro Sánchez seguirá en La Moncloa, dada la debilidad parlamentaria del PSOE.

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