El daño económico seguirá ‘in crescendo’ en Cataluña con la investidura de Torra

Cataluña
Cataluña (Foto. Getty)
María Villardón

La aventura soberanista en Cataluña ha puesto en jaque el crecimiento económico de la región, sobre todo en el ultimo trimestre de 2017. Tras la aplicación del artículo 155, la normalidad se ha ido conquistando de manera paulatina, a pesar de la ausencia de presidente regional. Sin embargo, se augura que el daño económico vaya ‘in crescendo’ con la llegada al poder de Quim Torra, el mandatario ha asegurado que seguirá adelante con el proceso secesionista y saltarse nuevamente el marco constitucional.

El PIB anual catalán se ralentizó dos décimas en 2017 con respecto a 2016, más de 4.500 empresas han trasladado su sede social fuera de la región y las agencias de calificación mantienen a Cataluña en el ‘bono basura’. Además, debido a la tensión social y política ha descendido la llegada de turistas y la inversión extranjera se ha trasladado fundamentalmente a Madrid.

En 2017 el PIB catalán creció un 3,3%, dos décimas menos que un año antes cuando cerró con un avance del 3,5%. En el cuarto trimestre, recordemos, sólo avanzó un 0,7%, según datos del Banco de España, permitiendo el ‘sorpasso’ de la economía madrileña en el peso nacional.

El crecimiento, que fue mejor de lo esperado gracias al tirón de las exportaciones que se dispararon un 2,3% en el trimestre, podría haber sido superior si el ‘procés’ no hubiera lastrado las cifras de la inversión y el consumo en la comunidad. Dos factores que resultan clave para calcular el ritmo de la economía de Cataluña. Con respecto al primer trimestre de 2018, ya con las aguas más calmadas, el PIB catalán creció un 0,8% y mantiene su crecimiento interanual en el 3%, según datos del Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat).

Fuga de empresas y depósitos

La huida de empresas de la región tras la celebración de la consulta secesionista aún sigue coleando, hasta el momento un total de 4.550 compañías han trasladado su sede social desde Cataluña a otras regiones de España. Sólo en el primer trimestre de 2018, la cifra ascendía a 1.350 corporaciones.

La inseguridad jurídica ante una Declaración Unilateral de Independencia (DUI) provocó una verdadera estampida que, a día de hoy, no ha regresado. Gas Natural Fenosa, Abertis, Sabadell, Caixabank, Pastas Gallo o Planeta son sólo algunos de los nombres que han decidido salir de la región y, de paso, mostrar su compromiso con el constitucionalismo.

También cabe destacar la salida de compañías míticas como Codorniú, un nombre que lleva siglos ligado a Cataluña. La empresa, liderada por Mar Raventós, se trasladó a Haro, localidad de La Rioja, para “garantizar los intereses de sus empleados y clientes”.

En el caso de los bancos, la premura en el traslado fue aún mayor para frenar la fuga de depósitos, así como evitar la sangría en el parqué madrileño. El mismo Gobierno de España, con el entonces ministro de Economía, Luís de Guindos, puso en marcha un Decreto Ley para allanar el camino a las compañías que querían salir de Cataluña sin tener que aprobarlo en Junta General de Accionistas.

Según datos del Banco de España, tras el fatídico día del referéndum ilegal del 1-O, alrededor de 31.400 millones de euros en depósitos salieron de Cataluña en el último trimestre de 2017. Tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución Española, la estabilidad se fue conquistando poco a poco, aunque no todo el plantel empresarial lo ve con tanto optimismo.

Sin ir más lejos, Josep Oliú, presidente de Sabadell, afirmó en la pasada Junta General de Accionistas -la primera que se hace en Alicante- que “la normalidad había vuelto al banco, pero no a Cataluña”. Con respecto a la posibilidad de regresar, el máximo ejecutivo de la entidad catalana señalaba que “las causas para volver tendrían que ser igual de importantes que las que nos movieron a irnos”.

La inversión extranjera se hunde un 40%

El independentismo catalán pasó por la economía regional como una apisonadora. La inversión extranjera en Cataluña se hundió un 40% en 2017 con respecto a un año antes, donde fueron a parar 3.000 millones de euros. Ante esta caída, el País Vasco arrebató la segunda posición en el ranking nacional.

Inversión extranjera en el cuarto trimestre Fuente: Ministerio de Economía

La gran beneficiada de esta caída de la inversión foránea en la comunidad catalana fue Madrid que recibió el pasado año más del 60% de la misma.

A pesar de estas cifras, en el último trimestre -y tras la aplicación del 155- Cataluña logró recuperar parte de la inversión y recibía 910 millones de euros, aunque esta cifra suponía el 50% de lo recibido en el mismo periodo de 2016 y del 24% respecto a la media de los últimos cinco años.

Acceso limitado a los mercados de capital

Las agencias de calificación crediticia no han devuelto su confianza a Cataluña y siguen manteniendo su nota en el bono basura y con perspectiva negativa. Una situación que hace que Cataluña tenga acceso limitado a los mercados de capitales y que financiarse resulte una ‘odisea’.

Moody’s, por ejemplo, señala que “su posición fiscal es débil, reflejada en su alto nivel de deuda”, añade también que, si la situación de inestabilidad prosigue, la dependencia del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) no se disipará en el futuro.

Por su parte, S&P -que en marzo elevó la nota de España a máximos de 2012- mantiene la perspectiva negativa de la calificación de Cataluña también en bono basura. Es más, advertían sin pudor que si no había entendimiento entre el gobierno regional y el central la capacidad de pago de Cataluña está en riesgo.

“Una coordinación fluida entre los dos gobiernos, que en nuestra opinión es esencial, para el pago puntual o la refinanciación de las obligaciones de deuda de Cataluña, incluida la deuda a corto plazo”, comentaban en su informe.

El funcionamiento de la Generalitat depende en gran medida de los fondos que recibe del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA). Según datos del Gobierno, se han repartido en el primer trimestre de 2018 un total de 12.151,8 millones de euros, de éstos, 3.477 millones de euros han ido a parar a Cataluña y ha sido la región que más ha usado estos mecanismos de financiación.

Pérdida de la sede de la EMA y las dudas del MWC

Mobile World Congress
Mobile World Congress 2018

Pero no sólo eso, el hecho de haber copado todas las cabeceras internacionales con tensión y en las calles de Barcelona, se ha puesto en duda la continuidad del Mobile World Congress para próximas ediciones, a pesar de tener contrato hasta 2023.

Ni España ni Cataluña se puede permitir la pérdida de una cita tecnológica mundial que supone la generación de medio millón de euros y alrededor de 13.000 empleos en sólo una semana. GSM, los organizadores del congreso, ya han advertido que buscan estabilidad y seguirán muy de cerca los acontecimientos políticos de la región.

Además, no hay que olvidar que debido a la deriva independentista Barcelona cayó en la primera vuelta en la votación para acoger la Agencia Europea del Medicamento (EMA). De haberse erigido como ganadora, la Ciudad Condal habría recibido a casi 1.000 investigadores sanitarios -y sus familias- con un alto poder adquisitivo que tendrían necesidad de viviendas, colegios, universidades, seguros sanitarios, etc.

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