O subida de impuestos o recortes

Pensiones: Bruselas pide ahora a España subir impuestos 1.500 millones más de los 2.100 previstos

Cristóbal Montoro
Cristóbal Montoro entrega a la presidenta del Congreso, Ana Pastor, el proyecto de Presupuestos de 2018. (Foto: EFE)
Carlos Cuesta

Bruselas no termina de creerse los presupuestos españoles recién presentados y pide ahora a España subir impuestos 1.500 millones más de los 2.100 previstos. El último cálculo realizado por Bruselas fue preparado en base a los datos previos al acuerdo de subida de pensiones entre el Gobierno y el PNV. Y, evidentemente, la cosa ha cambiado y mucho. Tanto que Bruselas considera que el desfase medido en términos de déficit puede alcanzar las cuatro décimas o más.

El debate se encuentra aún en la fase técnica. Y evidentemente, las negociaciones políticas pueden mitigar esa advertencia. Pero lo que no cambiará es la incredulidad de Bruselas a menos que el Ejecutivo incluya en esos Presupuestos medidas serias de reducción del desfase de gasto. Y la UE tiene claro que esas medidas sólo pueden venir o de recortes en otras partidas o de subidas de impuestos adicionales a las ya incluidas en el Plan de Estabilidad remitido a las autoridades europeas.

Hasta ahora el plan para financiar la subida de las pensiones exigida por PNV pasaba por elevar en 600 millones los impuestos en el presente ejercicio y en otros 1.500 millones el próximo año.

La página 41 del Plan de Estabilidad remitido a Europa lo detalla: “Las previsiones para los años 2018 y 2019 incorporan el impacto de nuevas figuras tributarias, planteadas en el marco del Pacto de Toledo”. Es decir, que no se trataría de sólo un nuevo impuesto a las tecnológicas, como se ha señalado ya oficialmente, sino que se trataría de varias “figuras tributarias”. El objetivo, según detalla textualmente el informe, es “compensar el coste de las medidas a adoptar en materia de pensiones”.

Para ello, Hacienda exponía su plan de financiación: “Incrementando la recaudación prevista en 600 millones de euros en 2018 y en 1.500 millones adicionales en 2019”. Y todo ello porque, vuelve remarcar el documento “se introducirán en nuestro sistema tributario iniciativas encuadradas en la cooperación y coordinación tributaria europea”.

Pero Bruselas no se ha creído esta fórmula, que el Gobierno apoya en parte en un supuesto impuesto a las tecnológicas. Y las autoridades europeas quieren pedir nuevos ajustes creíbles que permitan pensar que el aumento de gasto por las pensiones sea asumible sin disparar el déficit.

Lo cierto es que el Gobierno sabía de antemano que habría problemas con Bruselas. Y que tenía que encontrar nuevas vías de ingreso para evitar que el gasto en pensiones acabe generando un conflicto en la UE por culpa del descontrol del déficit. Por eso ha trasladado ya al PNV que “la subida de pensiones irá a déficit” en caso contrario.

Miembros del Ejecutivo, de hecho, han mantenido ya contactos con los nacionalistas ante la evidencia de que el pacto por los Presupuestos de 2018 cerrado entre Presidencia y los vascos, y, en especial, su punto clave –la subida de las pensiones el 1,6 este año y al IPC en 2019–, no podrá ser asumida sin cargar el déficit o elevar ingresos. Es decir, sin subir más los impuestos.

Impuesto a las tecnolígicas

Desde los departamentos técnicos del propio Gobierno han confirmado que un impuesto a las tecnológicas, anunciado por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, difícilmente podrá paliar las necesidades recaudatorias de esa subida del gasto: más de 1.300 millones por encima de lo estimado inicialmente. Y, han añadido, que, por lo tanto, el resto tendrá que ir a cargar el déficit, algo que generará roces con la Comisión Europea, entidad que aún debe supervisar los Presupuestos españoles. A menos que se encuentren nuevas vías de recaudación.

De hecho, la Comisión Europea no se creía las previsiones de déficit trasladadas por España ni siquiera antes de anunciar el pacto con el PNV. Bruselas creía que España cerraría 2018 con un déficit del 2,6% del PIB –dos décimas más de lo previsto inicialmente por esta institución–. Y ello, a pesar de que la UE espera que la economía española crezca este año más de lo que dice el Gobierno: un 2,9%, tres décimas más de lo que estimó la última vez.

Para 2019, Bruselas tampoco se creía los datos españoles: sus previsiones pronosticaban que el crecimiento de España el próximo año quedaría en el 2,4% (tres décimas más que en su última previsión), pero que el déficit se situaría en el 1,9% (dos décimas por encima de su última estimación).

El Gobierno español, por el contrario, cree que el PIB aumentará un 2,7% en 2018 y un 2,4% en 2019. Y que el déficit será del 2,2% y el 1,3% del PIB, respectivamente. Y la principal causa de esta desconfianza viene influída por el gasto en pensiones. Y todo ello, pese a que ese análisis de Bruselas aún no ha tenido en cuenta el pacto con el PNV.

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