Paralizada la negociación colectiva y sin visos de acuerdo

UGT
El secretario general de UGT, Pepe Álvarez.

El acuerdo marco de negociación colectiva para 2018, que debería estar ya rubricado por patronal y sindicatos, se mantiene paralizado desde que comenzaron las conversaciones con posturas que no se acercan y críticas a «planteamientos increíbles».

Los líderes de CCOO y UGT han amenazado esta semana con comenzar un proceso de movilizaciones muy importante si la patronal no actúa con «cordura» en la negociación de cara a lograr un acuerdo marco en materia salarial, que debían tener firmado antes de Semana Santa.

Los sindicatos pusieron encima de la mesa una subida mínima del 3,1 % -que resulta de la inflación prevista para 2018 (1,6 %) más 1,5 puntos adicionales en concepto de recuperación del poder adquisitivo perdido-, con una cláusula de revisión salarial y un salario mínimo en convenio de 1.000 euros brutos mensuales.

La propuesta planteada por la patronal consiste en un alza del 2 %, sin suelo y con una parte variable del 1 % ligada a diversos factores como la productividad, la flexibilidad o la jornada.

No obstante, el secretario de Política Sindical de UGT, Gonzalo Pino, ha asegurado que la patronal ahora reniega de su planteamiento de ligar el alza salarial a la productividad, entre otras variables, al igual que ya proponía el año pasado.

Precisamente, 2017 fue el segundo año en la historia de la negociación colectiva en el que los agentes sociales fueron incapaces de lograr cerrar un acuerdo.

Cuantificar la productividad

Los sindicatos quieren cuantificar la productividad real de las empresas, con el objetivo de que, en aquellas en las que se haya incrementado «exponencialmente», la subida salarial sea mayor (de entre el 4 % y el 4,5 %).

«Si las empresas no son capaces de entender que no hay recuperación económica sin los trabajadores (…) a no tardar mucho empezarán a visualizar confrontaciones globales», ha amenazado Pino.

Y es que el crecimiento a precios de mercado de la remuneración de los asalariados fue del 3,3 % en 2017, mientras que la economía avanzaba el 4 % y el excedente de explotación bruto (margen empresarial) el 4,8 %, según datos de contabilidad nacional.

Desde las filas de la patronal, su vicepresidente Antonio Garamendi aseguró en una entrevista con Efe que el 45 % de las empresas aún siguen en pérdidas y son fundamentalmente pequeñas, por lo que ve «casi imposible» firmar una subida mínima del 3,1 %, ni aceptar el salario mínimo en convenio de 1.000 euros mensuales que proponen los sindicatos.

También ha descartado asumir la cláusula de garantía salarial, que fue el principal escollo para lograr un acuerdo el año pasado.

Se trata de una «cláusula del siglo XIX» y «es perversa», porque «perjudica a la empresa y, en definitiva, a los trabajadores», asegura, al tiempo que explica que esta revisión salarial en función de la inflación puede obligar a las empresas a incrementar sus costes a fin de año, lo que podría llevarlas a pérdidas.

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