“Si yo te debo una libra, tengo un problema; pero si te debo un millón, el problema es tuyo", John Maynard Keynes

¡Tiempos Keynesianos!

Keynes
El economista inglés John Maynard Keynes, (1883 - 1946), 1er Baron Keynes (centro), asiste a la Conferencia Monetaria y Financiera Internacional de las Naciones Unidas en el Hotel Mount Washington en New Hampshire. Él desempeñó un papel principal en la formulación de los acuerdos de Bretton Woods y también fue instrumental en el establecimiento del Fondo Monetario Internacional.

Hoy he querido recuperar una frase célebre para mi tribuna de opinión, que siempre me ha recordado las dotes intervencionistas del bueno de Keynes. Su obsesión por el apalancamiento, no sólo le llevó a ser considerado como el economista que ha marcado el devenir para bien, o para mal de la segunda mitad del siglo XX hasta nuestros días presentes, sino que le sirvió a su vez para quebrar su cuenta de Trading, al menos que fuera público; una vez.

Sin embargo, nuestro querido John también sabía que modificando el capitalismo sabiamente, éste podría volverse probablemente más “eficiente”, y de ese modo alcanzar fines más ambiciosos que todos los sistemas económicos alternativos hasta la fecha, aunque este sistema es en muchos aspectos, extremadamente criticable para mí.

Obviamente, si el propio Keynes sabía comprender las dificultades e inconvenientes del intervencionismo, no les sorprenderá que sea yo misma bajo mi urdimbre interior, la que proponga una y otra vez una solución liberal acorde a las circunstancias que marcan el peso en las cotizaciones, de las principales bolsas mundiales.

Es complicado para el rebaño, permítanme la comparativa, comprender las dificultades futuras que siempre emanan de los excesos, puesto que cuando sigue la función teatral, no tiene sentido alguno advertir de la resaca venidera, pero lo cierto es que los últimos movimientos del mercado americano nos advierten que más allá de la recuperación de la zona de máximos en Wall Street, el deterioro en nuestros indicadores de amplitud de mercado nos deparan la verdadera posibilidad de estar viviendo el fin del mercado alcista, que comenzara en aquel 2009.

Ya en el año 2000 las denominadas “.com”, cotizaban a múltiplos absurdos, lideradas por argumentos totalmente surrealistas y valiéndose de la codicia y del propio autoconvencimiento del mercado para justificar, ¡lo injustificable! muy en nuestra línea. En cambio las empresas denominadas en nuestro argot como “casposas” y aburridas de la vieja economía, se desvanecían sobre sus cotizaciones, dejando valoraciones razonables, pensadas para el largo plazo.

En marzo de 2003, el mercado realizó un suelo, y los modernos valientes inversores en “.com”, terminaron perdiendo todo su dinero, mientras que el comportamiento de las acciones más tradicionales del mercado, no lo hicieron del todo mal. Hay muchas semejanzas hoy en día de esa época, principalmente en el sector tecnológico o en ciertas empresas de consumo.

Es cierto que en este mercado, la deuda de las empresas no es un catalizador importante ya que salvando excepciones, las operaciones de M&A no son nada preocupantes ya que a diferencia de antaño, no se han pagado auténticas “burradas”, por portales de internet sin valor alguno. No puedo negar que Amazon Inc es una empresa excelente, y que los márgenes de Facebook o Google son tan espectaculares, que el hecho de amontonar dinero en efectivo, les supone un problema a los amantes del tan de moda ROCE.

Ya lo dicen, el ROCE hace el cariño, pero no hay mejor amor económico que ver amontonarse el efectivo en la cuenta corriente, por más que eso, provoque una ineficiencia en la rentabilidad de los activos. ¡Bendito problema señores!

El problema por lo tanto, no parte tanto de la base de que las empresas gozan de baja calidad, como sí parte de los efectos colaterales de las políticas económicas Keynesianas. El consumidor, absolutamente manipulado y condicionado por un efecto riqueza que se sostiene a base de burbujas, es un elemento endeble como todo ser humano, en una economía, en la que la deuda pública es un arma de destrucción masiva financiera.

Incitar al consumo calentando el mercado, provoca una ilusoria situación en dicho consumidor; ¡tan eficaz, como ineficiente! Por otro lado, dejar los mercados de activos sin apenas rentabilidades, provoca justificar cualquier absurdidad. Pero disculpen si me permito pensar de manera diferente, en Blackbird somos así, y a mi personalmente me encanta ignorar a la multitud y de este modo; ¡pensar con razón de ser! Amazon Inc, a PER 335 está cara y si cayera un 75%, ¡seguiría cotizando cara señores! Tesla, el paradigma del coche eléctrico, se ha convertido en una pesadilla para los compradores de su estrella Model 3. Los retrasos en la entrega de nuevos modelos, huele a chamusquina… En una empresa que vale lo mismo que BMW y que lo único que ha logrado, es mantenerse a flote, mediante emisiones reiteradas de papel, vía ampliación de capital.

En Blackbird, mantenemos que la locura del mercado está financiando la soberbia de Elon Musk. Analicen las cifras, y piensen con sentido común, Tesla no vale ni por asomo 55 billones de USD. Como ven, podría hacer una extensa lista sobre muchas compañías de consumo o tecnológicas, pero creo que es más simple advertirles de que esta vuelta a máximos es una oportunidad, para deshacer posiciones en los sectores más inflados, puesto que no soy capaz de decirles si en los próximos 5 meses veremos precios más elevados, pero lo que sí puedo asegurarles, es que si no aprovechan el  presente rebote, para liquidar ciertas posiciones en bolsa americana, a medio plazo, ¡podrían arrepentirse!

Durante las próximas semanas, en ésta mi columna de opinión, iré revisando con ustedes estos aspectos inversores teniendo en cuenta que  esta situación, en parte bastante irónica para mí, me exige estar atenta a nivel operativo, puesto que siempre tendemos a pensar, ¿dónde está la próxima burbuja, para poder aprovechar? Permítame una vez más que les diga que la pregunta es incorrecta, puesto que la predicción es un sesgo, pero no lo es la realidad y dicha realidad, es que una burbuja ¡no se predice! pero sí se intuye, se sigue y se evidencia.

Y claro, ¿que mejor destreza en el mercado, que poder intuir, seguir y evidenciar una burbuja? ¡Aprovecharse de ella! Cazarla y atacarla como se debe; ¡en el lado ganador! Y en eso estamos, puede que la burbuja esté financiando la locura del señor Musk, pero en Blackbird, trataremos de reducir la distancia en su capitalización y nuestra cuenta de Trading, buscando cortos en lo irracional y haciendo de riesgo/oportunidad y demostrándome a mi misma nuevamente, que si algo me apasiona del Trading, es la oportunidad que tengo cada día, ¡de batirme contra las mentes más poderosas del mundo! Sin olvidar que en la guerra, el mercado y el amor ¡todo vale! ¿me acompañan?

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