Ni artesanal ni casero ni natural: los falsos reclamos del ‘súper’
Los lineales del súper se llenan de reclamos para el consumidor: natural, casero, 100% integral, tradicional, sin azúcar… Sin embargo, los envases que envuelven estos productos no siempre dicen la verdad y saber qué tipo de productos llevamos en la cesta de la compra cada vez resulta más complicado.
En ocasiones, la industria alimentaria reviste sus productos para llamar la atención. Pero, hay ciertos alimentos que están muy lejos de ser light, zumos que saben a fresa pero no son de fresas o quesos que tienen poco de natural, entre otros ejemplos.
Aunque Europa mejoró su normativa para que el etiquetado de los productos y la información nutricional fuese más clara y más específica -ahora, es más legible, se destacan los productos alérgenos, etc-con frecuencia, nos encontramos con etiquetas que dan lugar a la confusión.
La OCU denuncia esta situación
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) está llevando a cabo una campaña en las redes sociales para denunciar este tipo de prácticas y advertir a los compradores de lo que ocurre en algunos alimentos concretos.
Si crees que compras salchichas de pavo al 100%, te equivocas. En realidad es una salchicha donde el 41% es 100% pavo. El 59% restante es una mezcla de agua, almidón, proteína de soja, fibra vegetal… 5 productos con #EtiquetasTrampa https://t.co/uDP5AghzRL pic.twitter.com/bbQeZZCl7l
— OCU (@consumidores) March 2, 2018
Ni queso ni natural: Preparado alimenticio ya a la venta en Hipercor. @consumidores #etiquetastrampa pic.twitter.com/ErHCzxkqjP
— Agustín (@MaciasCarrion) February 24, 2018
¿Producto cárnico? Si pone eso en la etiqueta lo que estás comprando realmente no es carne, sino un producto que además puede llevar especias, agua, conservantes, colorantes y otros aditivos e ingredientes https://t.co/vgYnb3O3yu #EtiquetasTrampa pic.twitter.com/UhVxdZ682G
— OCU (@consumidores) February 12, 2018
«La industria se aprovecha de poner en el packaging para dar un valor añadido al producto que realmente no tiene», explica Laura C., nutricionista. Por ello, desde la OCU reclaman que se definan y se establezcan unos términos para diferenciar lo «natural, lo casero y lo tradicional», así como sus condiciones de uso.
Asimismo, apuntan que en el frontal del producto aparezca «su denominación legal, tan destacada como la denominación comercial» o que cuando «un ingrediente aparezca destacado, sea obligatorio que su porcentaje aparezca al lado con el mismo tamaño y tipografía» así como fijar un porcentaje mínimo del ingrediente para poder destacarlo del resto.
«No es lo mismo el queso que la grasa vegetal, no es lo mismo el jamón que el fiambre, no es lo mismo un plato casero, hecho en casa, sin aditivos… que uno con el «casero» de apellido; no es lo mismo un batido de fresas… que ese batido con sabor a fresa», denuncian desde la OCU.
Adiós a la letra pequeña
La organización también pide, en su campaña #EtiquetasTrampa que «se acabe con la letra pequeña del etiquetado obligatorio y que se sustituya la sugerencia de presentación por una foto real del producto.
Y además de subrayar el tipo de aceite, los productos alérgenos o el país de origen, también se incluya la cantidad de azúcar añadido.y «se ponga coto al uso indiscriminado de alegaciones nutricionales».
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