¿Por qué no se cumplen las previsiones?

¿Por qué no se cumplen las previsiones?
(Foto:Getty)

El mes de enero acostumbra a ser utilizado para rendir cuentas en la empresa. A partir del conocimiento de los resultados en los distintos ámbitos en los cuales se opera, se debate cuáles aspectos han funcionado correctamente y qué se necesita mejorar.

Las discordancias respecto las previsiones pueden venir dadas por distintos motivos:

  • Exceso de optimismo en las proyecciones: respecto la realidad, se habían establecido unos objetivos que nada tenían que ver con la situación del mercado. En este caso, la diferencia debe achacarse a un incorrecto análisis del sector (aspecto también preocupante) y no tanto a un rendimiento negativo de la compañía y sus miembros.
  • Necesidad de una inversión importante: en según que sectores, para no perder posiciones respecto la competencia, se precisa realizar inversiones que obligan a desembolsar una importante cantidad de dinero y/o endeudarse. Del mismo modo, habrá sido necesario un periodo de tiempo de adaptación al cambio. Por lo tanto, a la hora de realizar el análisis, hay que descontar estos dos factores si se quiere comparar con años anteriores.
    Cambio inesperado en las preferencias: los clientes no mantienen siempre sus preferencias fijas. Puede suceder, pues, que exijan una serie de cambios respecto el producto o servicio que están recibiendo hasta aquel momento. En este caso, la empresa tiene la obligación de adaptarse a estos cambios para no perder cuota de mercado.
  • Cambio inesperado de alguna variable exógena: existen toda una serie de aspectos externos que la empresa no puede controlar. Los ejemplos más clásicos son los cambios gubernamentales en material fiscal o técnica y las inclemencias tecnológicas. Si, por ejemplo, el gobierno de turno impulsa un cambio en los requerimientos técnicos, la empresa se ve obligada a invertir en cambiar sus procesos. Si se estipula una subida de impuestos, tendrá que pagar un importe superior en concepto de tributos, hecho que repercute en un menor margen de beneficio.
  • Falta de competitividad en algún ámbito: es una causa atribuible directamente a la compañía. A partir del análisis de las distintas partes en las cuales se divide el proceso productivo, la empresa detecta que existen otras formas de conseguir el mismo resultado, pero a un coste o tiempo menor. Entonces, hay que efectuar los cambios necesarios para incrementar el máximo posible el margen.
  • Dirección caótica: el primer punto que permite funcionar correctamente a toda empresa es un equipo directivo con las ideas claras y que tenga claro qué funciones hay que desarrollar y qué equipos desempeñarlas. Una situación compleja se da en contextos de relevos en la dirección. Los nuevos responsables deben de tener claras las funciones que deben de desarrollar y no querer cambiarlo todo por simple vanidad.
  • Problemas con los proveedores: uno de los aspectos que más pueden lesionar a una empresa es sufrir una rotura de stock. Si no se dispone del producto en el momento exigido por el público, éste cambiará a otra competidora que sí se lo dé.

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