SÓLO ADMITE "ERRORES DE PREVISIÓN"

Solbes culpa al euro, EEUU y Zapatero del desplome de la economía española a partir de 2008

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Pedro Solbes ha desglosado una lista de culpables de que la crisis financiera internacional se llevara por delante a la economía española, en la cual no se encuentra su persona. Los responsables son, a su juicio, la arquitectura de creación de la eurozona, el estallido de la crisis subprime en Estados Unidos y la política de gasto público de José Luis Rodríguez Zapatero, con la que ahora dice no estar de acuerdo tras haber sido el primer espada económico del Palacio de la Moncloa durante casi un lustro. Según su relato, ni su figura ni la entonces gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, tuvieron nada que ver en las decisiones adoptadas desde 2004 a 2009.

Con más periodistas que diputados comenzó la intervención de Solbes en la Comisión del Congreso que investiga las causas de la crisis que se llevó por delante la mitad del sistema financiero español. El ex vicepresidente socialista – que descartaba la recesión a las puertas de la mayor debacle económica que ha sufrido España en Democracia– dedicó su intervención inicial a defender que la crudeza de la crisis fue «inusitada» y que fue provocada por los desequilibrios estructurales de la eurozona y detonada por el estallido de las hipotecas subprime en EEUU.

«Resulta difícil lo ocurrido en España sin analizar el impacto de la creación del euro», indicó Solbes, apuntando a la imposibilidad de aplicar la misma política monetaria en todos los países del área, «que no era una zona monetaria óptima». A su juicio, «no era lógico poner en común monedas nacionales, con un tipo de cambio fijo y manejando la política monetaria en una sola dirección, sin contar con otro apoyo una débil y limitada disciplina fiscal».

El ex vicepresidente (que fue relevado por Elena Salgado en ) justificó su pasividad en 2007 cuando comenzó la crisis de las hipotecas basura en EEUU porque «su impacto inicial fue limitado en España», apuntando que todo cambió con la quiebra de Lehman Brothers en 2008 imposibilitando “la corrección progresiva de los desequilibrios” de la economía española.

«Lo que no se podía pensar antes de 2008 era que una doble recesión de la magnitud que se alcanzó y la dimensión del impacto que tuvo en el euro», declaró Solbes.

«En el primer Gobierno Zapatero heredamos una economía en la fase alta del ciclo y en la que ya se aprecian riesgos potenciales que cristalizarían posteriormente, tales como el diferencial de inflación, el boom de la construcción y el riesgo del deterioro de la balanza por cuenta corriente, entre otros», admitió el ex responsable de la política económica socialista.

El «contexto político» evitó tomar medidas

Solbes también echó balones fuera a la hora de delimitar su responsabilidad al no haber aprovechado la etapa de bonanza para lograr superávits presupuestarios que sirvieran de colchón para la época de vacas flacas: «el contexto político de aquel momento no lo facilitaba», señaló en clara alusión a los planes de expansión de gasto público impulsados por el Ejecutivo de Zapatero.

El ex vicepresidente también criticó de forma velada la política de vivienda de la ministra María Antonia Trujillo, al poner en cuestión las medidas adoptadas por este departamento «en un tema de competencia autónomica». La expansión crediticia internacional y las políticas gubernamentales españolas fueron, según Solbes, los elementos que sirvieron de combustible para el contagio de la crisis subprime norteamericana.

El también ex ministro de Economía y Hacienda recordó a los diputados presentes en la Comisión que advirtió públicamente de estos problemas cuando se produjeron, olvidando voluntariamente que negó hasta el último momento que se fuera a producir una crisis económica en España.  También dejó entrever que las medidas de impulso fiscal adoptadas por Zapatero en el arranque de 2009 fueron diseñadas contra su criterio y que eso fue lo que provocó su salida del Ejecutivo.

«En el tercer trimestre de 2008 existía la convicción de que el sistema financiero en su conjunto seguía siendo sólido, a pesar de las dificultades que pudieran manifestarse en alguna entidad, principalmente en alguna caja. Todavía se pensaba que la crisis seguía siendo de liquidez y que tendría forma de V u de U, más que de W. Sin embargo parecía ya evidente que el sistema utilizado históricamente por el Banco de España para resolver la crisis, es decir las fusiones y la utilización del fondo de garantía de depósitos, no era suficiente para hacer frente a la nueva situación», señaló tras recordar que su última decisión de calado fue intervenir Caja Castilla–La Mancha para evitar su quiebra.

«Hubo errores de previsión»

En la última parte de su intervención inicial, Solbes admitió que «hubo claros errores de previsión en el ámbito macroeconómico» y que debería haberse aplicado «una política fiscal más restrictiva», es decir, no aplicar «medidas de gasto discrecionales» como las adoptadas por el Gobierno del PSOE, entre las que destacó el keynesiano Plan–E de impuso de obras municipales a costa de minar la caja pública; así como la deducción de 400 euros en el IRPF «creada con fines electorales», el «cheque–bebé», o la apuesta desorbitada por la alta velocidad ferroviaria: «todo el mundo quería un AVE en la puerta de su casa».

«Podríamos haber alcanzado superávits del 4% o del 5% en los años previos a la crisis y haber reducido nuestros niveles de deuda pública sobre PIB más allá del 36%», explicó el vicepresidente. Además, consideró que «se minusvaloró el riesgo de déficit por cuenta corriente porque la existencia de un mercado único para el euro reduciría los riesgos de financiación».

En esta lista de «errores», Solbes también indicó que “hubo exceso de confianza en nuestro sistema financiero” porque «no se distinguió suficientemente entre las entidades mejor preparadas y las que podrían tener dificultades», pero «¿cómo evaluar las cajas sin cambiar su naturaleza?»; en referencia a su alto componente político mediante el cual estas entidades estaban dirigidas por los gobiernos autonómicos.

«En todo casa habría sido necesario acometer reformas en las cajas antes para mejorar su dimensión, eficacia y eficiencia, pero dada la minoría parlamentaria con la que hubo que trabajar y la vinculación de las cajas con los diferentes partidos suponía que la reforma del modelo sólo podría hacerse en un contexto de dificultades, como así sucedió», apostilló el ex vicepresidente.

La negación de la crisis

A preguntas de los diputados Solbes rechazó haber negado la crisis, a pesar de que la hemeroteca demuestra que fue así, e hizo referencia al famoso debate electoral televisivo con el entonces aspirante a dirigir la política económica del PP, Manuel Pizarro. El candidato popular puso sobre la mesa la situación: España se dirigía a una recesión duradera y si no se hacían reformas estructurales sería difícil volver a crecer en los próximos años. En aquel momento (febrero de 2008) Solbes se rió de las previsiones de Pizarro y le espetó: «me resulta molesto oirle hablar de recesión». 

«La situación de tensión económica coincidió con la convocatoria electoral de marzo de 2008. En ese momento éramos conscientes de una desaceleración de nuestra economía, pero no de la caída que se produjo en el segundo semestre como consecuencia del impacto de la crisis de la banca de inversión en EEUU (…) Todo se complicaría aún más en Europa con la crisis de la deuda soberana a partir de 2010 y la recesión de 2011», volvió a excusarse el ex vicepresidente.

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