Reino Unido se frota las manos con el ‘Efecto Meghan Markle’: el turismo y las ventas minoristas se disparan

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Meghan Markle y el Príncipe Harry en su primer acto como prometidos. (Foto. Getty)
María Villardón

La economía de Reino Unido se frota las manos con el nuevo enlace de la Casa Real de Inglaterra y ya se habla del ‘Efecto Meghan Markle’. Una boda que, según las previsiones de los empresarios británicos, disparará las ventas minoristas, la ocupación hotelera y la restauración. Algo similar ocurrió con la fiebre Lady Diana y Kate Middelton, sin embargo, en esta ocasión la actriz de Suits cuenta con un ingrediente distinto: la prometida del príncipe Harry procede de EEUU y los turistas estadounidenses son los que más gastan cuando viajan al extranjero. Un extra con el que no contaban las dos féminas regias que han precedido a Markle.

La Casa Real de Inglaterra es una apuesta segura y las empresas lo saben, por ello, el sector turístico espera un repunte muy importante de la llegada de visitantes extranjeros y nacionales que dinamizará la economía inglesa. El anuncio de compromiso entre el príncipe Harry y la actriz estadounidense se hizo apenas una semana y ya se habla del ‘Efecto Meghan Makle’ que ha llenado de optimismo las previsiones económicas y empresariales. “Es una bendición para la economía en las vísperas del Brexit”, comenta The Guardian.

Palacio de Buckingham
Isabel II y el príncipe Carlos de Inglaterra. (Foto: AFP)

Efectivamente, la marca “Gran Bretaña” ha quedado erosionada tras la decisión de los británicos de salir de la Unión Europea (UE) y las consiguientes condiciones del Gobierno de Theresa May sobre inmigración y comercio. De hecho, Euan Venters, director general de la prestigiosa tienda Fortnum & Mason, ha declarado que “la boda va a ayudar a reparar la imagen del país en el extranjero”.

En su opinión, relata a la prensa inglesa, “los británicos se sienten desanimados con el Brexit, por ello el enlace real va a ser una razón para recordarnos que somos un país con importancia y peso”.

Por su parte, la autoridad turística VisitBritain dice que el “esplendor de la familia real es una atracción para los turistas extranjeros, con una ventaja más, la nacionalidad de la novia atraerá a los estadounidenses que son los visitantes que mayor gasto hacen en el extranjero”.

También optimista se ha mostrado la patronal New West End Company que prevé “600.000 compradores adicionales que aumentarán las ventas de los comercios minoristas hasta los 60 millones de libras”. Añaden, “habrá una gran demanda de recuerdos de boda”, como ya pasó con el enlace real de Guillermo y Kate, “por lo que los minoristas, hoteles y restaurantes ya están planificando productos conmemorativos y experiencias especiales”.

La maquinaria en el comercio minorista para ‘hacer el agosto’ con la boda de Markle y el nieto de Isabel II ya está en marcha. La compañía de cerámicas Emma Bridgewater ha comenzado a fabricar tazas de recuerdo de la boda a un precio de 20 libras. Pero no sólo eso, las estanterías de las tiendas se llenarán de lats de galletas, pisapapeles, postales, imanes y todo lo que se les pueda ocurrir.

Taza de recuerdo del compromiso de Emma Bridgewater

La Casa Real Británica tiene una verdadera legión de fan dentro y fuera de Reino Unido. Como explicaba Inmaculada Urrea, consultora de branding a OKDIARIO, “se trata de una marca en sí misma y representa lo auténticamente británico”. Y añadía: “Es como una buena marca de lujo que ha sabido mantener códigos, rituales y ha sido poco cuestionada”.

Por su parte, Dick Steele, presidente de la corporación cerámica Portmeirion, señala que el matrimonio atraerá a clientes de EEUU. “Cualquier unión con Norteamérica es buena para nosotros”, aunque reconoce que la “clave está en producir suficiente producto para cubrir toda la demanda”.

Las marcas de moda no se han quedado atrás y han puesto a sus algoritmos a trabajar para conseguir impulsar sus ventas como ya ocurrió con la Duquesa de Cambridge y la Princesa de Gales. Hunter aún recuerda que sus botas de agua se agotaron en todo el país tras ser calzadas por Lady Diana y fueron un impulso para su expansión internacional.

O a la empresa textil valenciana Rigans tampoco olvidará que triplicó sus ventas gracias a que Catalina Middleton eligió a la española Pepa & Co (distribuidora multimarca en Londres) para vestir al pequeño Príncipe George para un acto religioso en la iglesia de St. Marks en Sandringhan. El abrigo con cuello bebé se agotó en cuestión de horas y la moda ‘Made in Spain’ saltó a los tabloides británicos. Una campaña de marketing y publicidad de oro.

Lady Di
Lady Di. Foto: Getty

También marcas británicas como LK Bennett, Reiss o Whistles vieron como sus ventas aumentaban como la espuma tras haber sido elegidas por la esposa del príncipe Guillermo en los albores de su compromiso. Lorna Hall, jefa de mercados en WGSN, está “expectante por ver el enfoque de Meghan Markle hacia la moda, veremos si mezcla prendas de diseñador mezcladas con otras más asequibles como Kate”.

No obstante, en su primera aparición oficial junto al príncipe Harry eligió un abrigo de la canadiense Mackage, falda de Joseph de 250 libras y un jersey de la británica Wolford del mismo precio. Como bolso eligió a la firma inglesa Strathberry, hechos a mano en Ubrique (España, que cuesta alrededor de 600 euros y que se agotó en cuestión de horas.

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