Franquiciado de Carrefour: “Te ponen entre la espada y la pared, o coges la tienda o te vas a la calle»

Carrefour
Establecimiento de Carrefour (Foto: GETTY).

Los franquiciados de Carrefour Express se han convertido en la pesadilla que persigue a la compañía francesa. El modelo de franquicias, que la cadena vende como “un negocio de éxito”, es todo lo contrario al menos para los dueños de estos establecimientos. Carrefour aún está digiriendo la primera derrota judicial después de que el juez fallase este jueves a favor de un trabajador franquiciado, declarando nulo el contrato entre ambos.

No es un hecho aislado. La cadena de supermercados tendrá que sentarse en el banquillo y afrontará un aluvión de demandas. El despacho de abogados Themis acumula más de diez casos -y otros dos vienen en camino- que plantean las mismas razones: los franquiciados han sido estafados. “Toda la información que les facilitan: ingresos, explotación, facturación, beneficio neto… todo es irreal. Les dan una información previa contractual para recabar el consentimiento del trabajador, que firme y que haga una inversión. El mismo día de la apertura, en el 99% de los casos, la tienda no abre porque ni siquiera han firmado el contrato”, explica María Ángeles Reyes, la abogada que lleva el caso.

“Vas a firmar el contrato que te pongan -eso sí, en el capó de un coche, en la puerta de la tienda o en un bar y sin copias para que lo revisen- porque si no firmas, no se abre la puerta de la tienda”, apunta Reyes.

Algo parecido le pasó a Manuel. Trabajó para Carrefour durante 30 años y en 2013 se le planteó desde la empresa abrir su negocio en Hospitalet de Llobregat. Se lo vendieron como la mejor opción, como un negocio idílico al que dedicarse -a sus 53 años entonces- hasta que pudiese jubilarse. “Cobrábamos unos sueldos bastante altos y te empujaban a elegir esa opción porque venía gente joven cobrando menos dinero. Te venden que te necesitan, que es un proyecto espectacular y que la empresa siempre estará a tu lado. Te diseñan locales, te dan proyectos espectaculares con unas ventas fuera de lo normal. Pero, llega un momento en el que te ponen contra la espada y la pared: o lo coges o te vas a la calle. Yo lo cogí y cometí un error.”

Pérdidas de hasta 10.000 euros mensuales

“Antes de irte de la tienda, te buscan y te asignan un local. De esta manera no tienes escapatoria o lo montas o te machacan ”, cuenta Manuel. Lo único que tenía que hacer era poner el dinero, que en su caso, superaba los 400.000 euros -160.000 de su bolsillo más el préstamo de un banco-.

Manuel se vio dispuesto a hacer esa inversión, ya que le prometieron ventas anuales que superaban el millón de euros. Sólo le hizo falta un mes para darse cuenta de que la realidad distaba mucho de lo que le habían vendido, ya que las cifras no se cumplían: empezó a perder entre 8.000 y 10.000 euros al mes.

“El caramelo que te ponen en la boca es que te ayudan con 120.000 euros, pero no es real. Lo negocian con los proveedores de género que van a meter en tu tienda. Pero, te llega más producto del que necesitas y empiezas a perder dinero”.

No solo llegaba más género a su tienda, sino que también, según explica, vendía los productos a bajo coste. “El beneficio que ellos me decían ascendía a los 30.000 euros, pero al final se quedaba en 12.000. Bajaba porque venía mucho género que se vendía a coste. Por ejemplo, si a mí me costaba un euro, lo vendía a 99 céntimos + IVA”.

Perdió su casa y debe 140.000 euros al banco

A los dos años, la situación pasó a ser insostenible. En 2016, la empresa le cortó el suministro de género un mes y medio antes de que echase el cierre. “Ellos te servían el género. Pero, cuando entra más de lo que gastas, cuando pasan seis meses ya no puedes hacer frente a los pagos. Te arruinas. Me dijeron: cierra si quieres, es tu problema, lo perderás todo. Te denunciaremos con el género que nos debes”, explica.

Ahora, Manuel debe al banco 140.000 del préstamo que pidió para abrir la tienda. “No quería deber dinero a mi personal ni a Hacienda. Vendí mi casa para pagar 30.000 euros a mis trabajadores, lo que debía a la Seguridad Social, al Estado… Estuve dos meses ingresado por esto. Después, me fui a vivir a casa de mi hija”.

Manuel sólo quiere que acabe este calvario. Está a la espera del juicio, que será a finales de este año o a principios del que viene. Él decidió interponer una querella y una demanda por estafa. «El estudio de mercado es falso, vendía género a bajo coste, perdí todo el dinero y está todo demostrado. En las vistas que hemos tenido, la empresa no sabía qué contestar».

Cuenta que, como él, hay más de 100 personas. “En Barcelona conozco a cinco o seis que ya han cerrado por este motivo”.

Desde este periódico hemos intentado contactar con Carrefour, pero no hemos obtenido respuesta. Ahora, la compañía francesa tendrá que afrontar las querellas y demandas que han interpuesto los franquiciados a los que se le vendió un negocio idílico y que hoy, lo han perdido todo.

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