Proteccionismo en la UE: Francia y Alemania ponen barreras a la entrada de productos españoles

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Emmanuel Macron y Angela Merkel. (Foto: EFE)

La creación de un mercado único europeo en el que no existen barreras comerciales en el interior del Viejo Continente y se huye del proteccionismo es una quimera. Al menos así lo considera un reciente informe que indica que un 17% de las empresas españolas encuentran obstáculos para vender sus productos dentro de la UE siendo Francia y Alemania, paradójicamente los fundadores de la CEE, quienes más dificultan la entrada de productos españoles en sus mercados. En el caso de los servicios el porcentaje se reduce hasta el 7%.

Estos datos se extraen de las conclusiones del proyecto “Línea abierta” que pusieron en marcha en 1993 el Gobierno, el Instituto de Comercio Exterior (ICEX) y la patronal CEOE, con el objetivo de realizar un diagnóstico para detectar los problemas con los que se encuentran las compañías españolas cuando deciden vender sus bienes y servicios en la UE.

En concreto, de las 900 compañías entrevistadas en este proyecto el 17% de ellas admite haber encontrado alguna traba a la hora de comercializar sus productos en países europeos. Francia es el estado que más problemas pone a las exportaciones españolas de mercancías, con un 45,1% de los obstáculos denunciados por las compañías, seguido de Alemania, con un 18,3%. El tercer lugar lo ocupa Reino Unido, con un 7%, seguido por Italia (5,6%) y Suecia. Estos cinco países suman el 80% de las barreras que han encontrado los empresarios españoles para acceder al mercado único.

Según el informe “Linea abierta” los problemas más importantes para las empresas españolas a la hora de exportar a Europa son los relacionados con los requisitos técnicos exigidos por los clientes o distribuidores en destino, que van más allá de lo exigido en la legislación de la UE.

“En este sentido, hemos venido detectando en esta fase y en las anteriores, un fuerte crecimiento de los problemas creados por la proliferación de las exigencias de requisitos técnicos privados que, aunque nada tienen que ver con el funcionamiento del mercado único, tienen un efecto mucho más perjudicial para las empresas que la propia legislación de los Estados miembro”, señala el documento de conclusiones.

En segundo lugar se encuentran los problemas relacionados con los retrasos en los pagos y en tercero las trabas administrativas y fiscales. Las empresas españolas que más obstáculos han denunciado pertenecen a Comunidad Valenciana (21,1%), Castilla y León (14,1%), Cataluña (11,3%), Aragón (11,3%) y Madrid (9,9%). Entre las cinco suman casi el 68% del total.

Por otra parte, los obstáculos comerciales más puestos de manifiesto por las empresas españolas son los relativos a las normas técnicas, que suponen más del 70% de todos los detectados. Destacan aquellos que se refieren a la falta de armonización, que obliga a la empresa a tener que cumplir con las normas de cada Estado miembro al que se dirija el producto, y los derivados de la ausencia de reconocimiento de los certificados u homologaciones obtenidos en España.

Finalmente, los obstáculos relacionados con los envases y embalajes ocupan el segundo lugar por orden de importancia, suponiendo casi el 15% del total de obstáculos, todos ellos causados por falta de armonización en el etiquetado de determinados productos. Los sectores con mayor número de obstáculos son: semimanufacturas (36,6%), alimentación (19,7%), bienes de equipo (18,3%), manufacturas de consumo (16,9%) y bienes de consumo duradero (7%). En total suman el 98,5% del total.

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