¿Qué propugnaba Keynes?

Keynes
El economista inglés John Maynard Keynes, (1883 - 1946), 1er Baron Keynes (centro), asiste a la Conferencia Monetaria y Financiera Internacional de las Naciones Unidas en el Hotel Mount Washington en New Hampshire. Él desempeñó un papel principal en la formulación de los acuerdos de Bretton Woods y también fue instrumental en el establecimiento del Fondo Monetario Internacional.

Nacimiento del keynesianismo

El 24 de octubre de 1929, la Bolsa de Nueva York sufrió un primer desplome que daría inicio al llamado «Crac del 29», preludio de un complejo periodo bautizado como la «Gran Depresión». La sociedad y empresas norteamericanas habían vivido años de gran crecimiento (‘los felices años 20’) sostenidos en parte por un alto grado de endeudamiento. La gente se endeudaba para poder invertir en bolsa, donde los rendimientos eran altos. Al caer la cotización de los valores de Wall Street, toda esta masa de población perdió su dinero y durante los días posteriores al Crac centenares de miles de personas también su empleo.
En este contexto, apareció una voz que proponía un cambio de dirección respecto la política económica llevada a cabo hasta entonces: John Maynard Keynes.

¿Qué ideas propugna el keynesianismo?

El keynesiansimo se basa, en líneas generales, en los siguientes puntos:

  • Intervención estatal en la economía: los keynesianos aseguran que el mercado no se regula solo de forma automática. Por ese motivo, es imprescindible la intervención estatal para conseguir el equilibrio deseado mediante gasto e inversión pública y el establecimiento de impuestos.
  • Necesidad de importantes inversiones públicas: el Estado se convierte en un actor activo en la economía de un país mediante inversiones que generan riqueza y ocupación. Por lo tanto, el papel del Estado es intervenir de forma contracíclica: la inversión debe de ser mayor en procesos de recesión.
  • La demanda como el punto de partida del crecimiento: Keynes entendía que, para que las empresas pudieran sobrevivir, precisaban de obtener el máximo de ventas posibles. Estas ventas llegaban a partir de las compras que realizaban los clientes, que eran a la vez los trabajadores de las empresas. Por lo tanto, si se evitan situaciones de alto desempleo, las personas tendrán un mayor poder adquisitivo y las empresas podrán proseguir con su actividad. Del mismo modo, la Administración recaudará más impuestos que podrá invertir en llevar a cabo acciones relacionadas con la ocupación mediante obras públicas que reduzcan el paro y redistribuyendo la riqueza entre los habitantes del país.
  • La propensión a invertir es mayor cuanto más grande es la diferencia entre tipo marginal del capital y tipo de interés: una de las preocupaciones máximas de Keynes era asegurar una alta liquidez en el contexto económico. Por lo tanto, propugnaba unos tipos tales que facilitaran un alto margen a todo aquel que quisiera realizar una inversión.
  • Necesidad de controlar la inflación: el incremento de precios provoca que la capacidad adquisitiva de la población baje y, por lo tanto, también los ingresos de las empresas. Si las empresas ingresan menos, no podrán ocupar a tanta gente y se generará una peligrosa rueda que desembocará en altos niveles de paro. Para solucionarlo, hay que utilizar al máximo rendimiento los factores productivos existentes para incrementar la oferta y evitar así una situación de exceso de demanda que incremente demasiado los precios.

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