Según la liquidación presupuestaria municipal a la que ha tenido acceso OKDIARIO ingresan 133 millones al año pero gastan más de 170

El despilfarro de Podemos y PSOE aboca a Alcalá de Henares a la bancarrota

Alcalá de Henares
El alcalde socialista de Alcalá de Henares, Javier Rodríguez.

Alcalá de Henares, gobernada por PSOE y Podemos, y uno de los llamados ‘Ayuntamientos del cambio’ más emblemáticos de la Comunidad de Madrid, está en la ruina económica. Así lo refleja la propia liquidación presupuestaria municipal a la que ha tenido acceso este diario. Un auténtico viaje por el derroche y la ineficacia resumido en una cifra: aunque el Tripartito (a PSOE y Podemos le dio la mayoría absoluta un concejal expulsado de IU) gasta 171 millones de euros al año, sólo es capaz de ingresar de manera neta poco más de 133 millones.

Esta diferencia entre ingresos y gastos surge de la contabilidad oficial del Ayuntamiento, en base a su última liquidación presupuestaria, sellada en junio de 2016 y correspondiente al ejercicio anterior, según ha podido conocer OKDIARIO. Aunque dicen las fuentes consultadas que para el presente ejercicio la situación será aún peor: lejos de rectificar, el ‘Gobierno’ del cambio ha disparado el gasto hasta los 188 millones de euros, a sabiendas de que sus ingresos reales no serán muy distintos y difícilmente pasarán de los 140 millones de euros en el mejor de los casos.

Esto significa que el agujero real, maquillajes contables apartes, es de 48 millones de euros anuales, pese a que Alcalá de Henares cobra a sus vecinos más IBI que, por ejemplo, Majadahonda a los suyos, con el doble de renta disponible.

Ahí no termina la cosa. Además del descosido económico, que se suma a una deuda acumulada en anteriores legislaturas de entre 200 y 300 millones según se contemplen unos u otros conceptos, la estructura de gasto es demoledora. Sólo en concepto de deuda bancaria, la cifra alcanza los 182 millones de euros, a los que hay que añadirles otras con proveedores de servicios.

El 60% del presupuesto de ingresos real, esto es, del dinero disponible y no de las previsiones irrealizables escritas en un papel, se dedica a personal, que consume más de 80 de los 133 millones que gestiona un equipo encabezado por un alcalde socialista y una vicealcaldesa de Podemos.

Es decir, aunque los complutenses tienen una presión fiscal más propia de un municipio rico de la Sierra que de uno humilde del Corredor del Henares, golpeado por la desindustrialización y con más paro que la media española; siguen acumulando deuda y los recursos que generan se dedican, básicamente, a mantener a quienes deberían revertir esa situación pero en realidad la agudizan.

Y es que los 14 concejales del Gobierno de Alcalá están liberados, con salarios de director de multinacional como el del alcalde y vicesecretario general del PSOE madrileño, Javier Rodríguez Palacios, de hasta 76.000 euros; o el del Teniente de alcalde y responsable de redes sociales para todo Madrid de la plataforma de apoyo a Pedro Sánchez, de 68.000 euros anuales.

El caso del alcalde es llamativo: ha perdido tres veces las Elecciones Municipales, con el peor resultado de la historia de su partido, pero cosecha trienios que al menos le han valido para acumular unos ahorros y propiedades infrecuentes en una persona de 45 años.

Aunque Rodríguez Palacios ha borrado ‘misteriosamente’ su declaración de bienes e ingresos de su página web personal, no le ha quedado más remedio que colgar una versión rupestre y sin detalles de la misma en el apartado de transparencia del Ayuntamiento, donde se percibe cuán rentable ha sido para él la dedicación política aunque en el mismo periodo la ciudad que ahora gobierna haya quedado en bancarrota.

Según el documento oficial, rellenado a mano y sin detalles, el alcalde de Alcalá posee una vivienda en una de las zonas más nobles de la ciudad, dos plazas de garaje, un trastero y un BMW, todo ello en propiedad, y unos ahorros, en distintos productos bancarios, superiores a los 200.000 euros.

Podemos, todos liberados

Los seis concejales de Podemos, que al principio de legislatura insistieron en reducirse el sueldo con arreglo al código ético de su partido, se lo han vuelto a subir hasta los 40.000 euros anuales, aunque el coste es mayor en realidad: el resto de su asignación se convierte en subvenciones, generalmente para personas o colectivos cercanos a la formación, tal y como reveló ABC y confirmó el propio secretario general del partido en una asamblea donde fue grabado reconociendo que colocaban a amigos y familiares.

De ahí para abajo, entre cargos públicos, asesores y plantilla; 6 de cada 10 euros reales ingresados en las arcas municipales se dedican a mantener la estructura en lugar de en dar servicio al usuario.

La documentación analizada por OKDIARIO es un viaje por la España del derroche público que incluye controvertidas subvenciones de cientos de miles de euros a sindicatos y patronal; un fondo social que abona el dentista y las gafas a los empleados municipales o el mantenimiento de chiringuitos públicos supuestamente dedicados a generar ingresos y empleo que en la práctica sólo aumentan el gasto.

Subvenciones a la patronal

En uno de ellos, llamado Alcalá Desarrollo y destinado supuestamente a atraer inversiones y generar riqueza y puestos de trabajo, la práctica totalidad de su presupuesto en una subvención directa del Ayuntamiento que se dedica, de nuevo, a costear una plantilla compuesta por personas cercanas al Gobierno.

Ese organismo asume un supuesto Pacto Local por el empleo que, en la práctica, es una mera excusa para regar con miles de euros a dos sindicatos, CCOO y UGT,  y a una patronal, llamada AEDHE, cuyo presidente, Jesús Martín Sanz, fue mano derecha de Arturo Fernández. En el periodo de financiación de ese inútil pacto el desempleo de Alcalá de Henares ha batido récord de paro y se han marchado algunas de las fábricas más emblemáticas, conocidas en toda España, como Zanussi o la práctica totalidad de Roca.

Y hay más casos realmente escandalosos. Por ejemplo, un organismo dedicado nada menos que al deporte, que agrupa a varias instalaciones deportivas públicas municipales, dedica casi el 70% de sus recursos a personal, con contrastes escandalosos: por ejemplo, reserva sólo 55.000 euros anuales al deporte infantil y arbitrajes, cien veces menos que a la plantilla de las instalaciones, cuyo coste conjunto llega a los 5.4 millones de euros.

Artimañas

El truco estético que utiliza este ‘Ayuntamiento del cambio’ es presentar por un lado el presupuesto, que no es más que una declaración de intenciones en la que suele cumplirse o aumentarse el gasto pero reducirse el ingreso previsto; sin hacer mención a la liquidación del año anterior, que es donde de verdad se retrata la gestión económica y la situación objetiva de las arcas de cualquier Administración Pública.

De esta manera, se ‘vende’ a sabiendas una cifra falsa de ingresos para poder justificar otra de gastos, que sí suele cumplirse, al objeto de camuflar ante los ciudadanos la situación real de sus recursos y, sobre todo, la manera de gastarlos que tiene el Gobierno de turno.

La ceremonia se contempla intentando achacar al Ministerio de Hacienda la viabilidad de las cuentas, que están intervenidas por una regla de gasto impuesta al conjunto del sector público, apelando a la necesidad de lograr “una suficiencia financiera” que en la práctica supondría engordar la deuda para mantener la estructura pública y no para atender al ciudadano.

El desastre del ‘cambio’

El Ayuntamiento de Alcalá no es el único en una situación económica estrepitosa donde, además, los únicos que se salvan de la quema son los propios políticos con sus enjundiosos salarios y ejércitos de asesores.

Cádiz, gobernada por el célebre Kichi, no publica sus cuentas desde 2013; el Madrid de Manuela Carmena dedica mil millones de euros al año en personal (página  4314 de este documento) y la Barcelona de Colau es la ciudad con más organismos públicos de toda España, muchos de los cuales ni siquiera le constan, de manera precisa, al mismísimo Ministerio de Hacienda.

Entre todos ellos, el más definitorio por su suicidio económico y su forma de gastar es Alcalá de Henares, epítome de un ‘cambio’ que, de momento, sólo ha ido a peor. Este mismo periódico revelaba hace sólo unos días otras decisiones sospechosas del mismo Gobierno del ‘cambio’, con la contratación de una entidad encabezada por el número 15 de Podemos, para organizar eventos culturales con una subvención de 34.000 euros.

Se trata de una estrategia que no parece exclusiva de un solo caso, pues fue el propio secretario general de Podemos en la ciudad complutense, Jesús Abad, quien reconoció sin pudor alguno que contrataban “con orgullo” a militantes de la marca blanca podemita en la ciudad, tal y como figura en una escandalosa grabación difundida luego.

El Consistorio complutense se ha hundido en el ranking de transparencia, pasando desde la llegada del Tripartito de las primeras posiciones al puesto número 67, tal y como informó OKDIARIO.

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