Grecia regresa de su ‘exilio financiero’: coloca 3.000 millones de euros en bonos a cinco años

Grecia
Parlamento Helénico, en la plaza de Syntagma, Grecia. (Foto:iStock)

Grecia tenía marcado este día en el calendario y por fin ha llegado: este martes, 25 de julio, el país heleno regresa a los mercados internacionales después de estar tres años en el exilio financiero. En su reestreno, ha colocado 3.000 millones en bonos con vencimiento a cinco años a un interés del 4,62%. La demanda de este bono que vence en 2022 fue de 6.500 millones de euros, más del doble de lo previsto mientras que más de 200 inversores expresaron su interés por adquirir estos títulos, según ha informado el Gobierno.

El país heleno, que ha sido protagonista de tres rescates avalados por Europa, no podía hacer este desembarco solo. Los bancos BNP Paribas, Bank of America Merrill Lynch, Citi, Deutsche, Goldman Sachs y HSBC han sacado adelante esta emisión, según la información publicada por el Financial Times, después de que Grecia recibiese los primeros 7.700 millones de euros correspondientes a los 8.500 del tercer tramo de su tercer rescate y llevara a cabo un plan de ajustes de su economía.

La situación es familiar para Grecia: la última vez que el país emitió bonos a cinco años fue en 2014, cuando recibió el segundo tramo del rescate. Atenas quería volver a financiarse en los mercados tras cuatro años de rescate y hoy, repite los mismos pasos, con una situación diferente.

Crónica de una Grecia asfixiada

Todo comenzó en el año 2004. Fue entonces cuando Eurostat y Grecia -en manos del conservador Kostas Karamanlís- confirmaban que el gobierno socialista de Costas Dimitís había maquillado las cuentas públicas desde el año 2000, incumpliendo los criterios del Tratado de la Unión Europea: todos los déficit tendrían que tener un déficit inferior al 3%. Grecia se esforzó en disfrazarlas presentando cifras iguales o inferiores al 2%, pero la realidad era que el déficit ascendía al 4,1% en el año 2000, al 3,7% en 2001 y 2002 y en 2003 alcanzó el 4,6%.

El futuro de Atenas no tenía buena pinta. Pero, la cruda realidad llegó en 2009. De la mano de un nuevo gobierno con Yorgos Papandreu a la cabeza, se ponían sobre la mesa las cuentas públicas que se convertirían en una auténtica pesadilla y en el origen de la crisis griega: el déficit público del país heleno representaba el 13% del PIB y la deuda pública superaba el 114% del PIB.

La Bolsa se desplomaba y la prima de riesgo se disparaba a finales de año. La situación para Atenas era alarmante, lo que hizo que Europa interviniese: el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Comisión Europea (CE) y el Banco Central Europeo (BCE) aprobaron un préstamo al país heleno de hasta 110.000 millones de euros para 2010-2012, con la condición de que Grecia llevase a cabo un plan de ajustes económico, que vino de la mano de huelgas, disturbios y malestar social.

Este sería el primero de los tres rescates que ha vivido Grecia: el segundo, que ascendía a 130.000 millones de euros, llegó en 2012 con la supervisión permanente de la CE, el BCE y el FMI y el tercero, en 2015, por 86.000 millones de euros.

Entretanto, Grecia fue testigo de otro cambio de gobierno, que dirigía Andonis Samarás y que aplicó recortes, bajada de pensiones y salarios, un plan de reestructuración de deuda y de austeridad. Más de 20 trimestres de recesión llevaron al pueblo griego a votar por el partido de Syriza, que se hizo con la victoria en 2015 en las elecciones generales. El mismo año, se llevó a cabo el ‘corralito’: se cerraron los bancos, la Bolsa estuvo inactiva durante cinco semanas y se limitó la retirada de efectivo a 60 euros diarios.

La calificación de Standard & Poor’s, la razón principal de la vuelta

Después de cientos de ajustes y de que estuviese a punto de salir del euro, Grecia ha conseguido estabilizarse. La decisión de volver al mercado se produce después de que el pasado viernes la agencia Standard & Poor’s elevara a positiva desde estable la perspectiva del rating ‘B-’ (bono basura) de Grecia. Además, el pasado 20 de julio el FMI aprobaba un préstamo puente de más de 1.600 millones de euros para Grecia.

En esta primera subasta -durante los próximos meses habrá más- el Tesoro griego ha alimentado el apetito inversor. El Gobierno de Alexis Tsipras ha afirmado que el éxito de este retorno a los mercados -la demanda ha sido de 6.500 millones de euros y 200 inversores se han interesado por comprar estos títulos- «confirma el buen comportamiento de la economía griega, que está haciendo un progreso constante hacia la salida definitiva de la crisis y de los programas de rescate».

El interés que expresaron por el bono «más de 200 inversores constituye un voto de confianza de la comunidad inversora internacional al progreso de la economía griega».

Agosto de 2018: fecha prevista para el regreso definitivo

El ministro de Finanzas, Euclides Tsakalotos, ha afirmado que «el rendimiento es algo mejor de lo que inicialmente esperaba el Gobierno», aunque según Tsakalotos, lo más importante ha sido el número y la calidad de los inversores (no había entre ellos fondos especulativos) que demandaron los bonos.

El ministro anunció que habrá «también una segunda y una tercera salida a prueba» con el objetivo de regresar definitivamente a los mercados en agosto de 2018 -mes en que vence el tercer rescate y punto de partida para que Grecia se financie exclusivamente en los mercados- «con mas confianza en nosotros mismos» para así poder abandonar los planes de rescate, lo que, según añadió, «nos permitirá aplicar nuestro programa».

Un programa que estará marcado por más políticas sociales y dejará atrás las medidas de austeridad. «Sabemos que el pueblo ha sufrido mucho. Mucho más de lo que se merecía», señaló Tsakalotos.

La mayoría de analistas han calificado la subasta de un primer paso positivo, pues además de despertar interés entre los bancos griegos, ha atraído a los inversores extranjeros, que en los últimos años se habían mantenido alejados del mercado de títulos griego.

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