Bronca Guindos–Linde por la inacción y pasividad del Banco de España en la crisis del Popular

Morosidad
Luis María Linde y Luis de Guindos en una fotografía de archivo (Foto: EFE)

La crisis del Banco Popular y su posterior resolución mediante el rescate pactado con el Santander ha generado un enfrentamiento entre el ministro de Economía, Luis de Guindos, y el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, debido a la inacción y la pasividad del máximo responsable del organismo supervisor del sector bancario, que ha obligado al ministro a ejercer el papel de gobernador para evitar la liquidación de la entidad financiera que hasta hace unos días presidía Emilio Saracho.

Según han confirmado varias fuentes cercanas al Gobierno, Luis de Guindos ha trasladado a Luis María Linde que no confía en él, a pesar de que el ministro fue precisamente uno de sus valedores y le propuso como gobernador contra el criterio de varios economistas de su entorno, que le indicaron que no era la persona adecuada para desempeñar el cargo.

El ministro de Economía no considera justificado que Linde se excuse en su falta de competencias para adoptar decisiones, especialmente en un caso como el de la caída de Banco Popular, que obligó a las autoridades europeas ha solicitar a España que adoptara medidas para evitar el descalabro financiero. El gobernador se ha limitado a ceder los inspectores del Banco de España al Banco Central Europeo (BCE) para calibrar el estado del balance del Popular, y ha tenido que ser Luis de Guindos quien resolviera el sudoku para evitar la liquidación.

Las fuentes consultadas indican que la solución a la sangría del Popular (tanto en términos bursátiles como de huida de depósitos) se gestó en Washington (Estados Unidos) en uno de los recesos de las reuniones del Club Bilderberg, al que asistieron tanto el propio Luis De Guindos como la presidenta del Banco Santander, Ana Botín. El encuentro entre ambos se produjo el fin de semana anterior a la intervención del Popular y posterior venta al Santander a cambio de un euro y la asunción del agujero de la entidad que presidía Saracho, lo que obliga ahora a Botín a lanzar una ampliación de capital de 7.000 millones de euros.

Precisamente, la misma tarde del día en el que se produjo la intervención de la Junta Única de Resolución (JUR) un portavoz oficial del Banco de España indicó a OKDIARIO que el organismo que dirige Linde no tenía ninguna función a la hora de encontrar soluciones a la crisis del Popular y aseguró que no disponía de información sobre la posible intervención del banco. No es de extrañar que el portavoz lanzara balones fuera, ya que el propio Linde dijo unas horas antes en una comparecencia en el Senado: “no puedo decir nada sobre el Popular, no vengo preparado para ello”.

“Ahora mismo Guindos tiene un cabreo descomunal con Linde y se está empezando a darse cuenta de que es un desastre como gobernador. El hecho de que se haya creado un nuevo mecanismo para resolver crisis financieras dando el papel director al BCE no implica que el Banco de España tenga que ver como sucede todo desde la barrera. Y si efectivamente el organismo carece de funciones entonces lo que hay que hacer es cerrarlo”, indican las fuentes consultadas.

Otro elemento que muestra la falta de liderazgo de Linde es que el interlocutor del Banco de España con las autoridades europeas encargadas de las tareas de supervisión es el subgobernador, Javier Alonso, que ha recogido el testigo de su antecesor en el cargo, Fernando Restoy, y que es la persona que sigue el día a día de la actividad, dejando al gobernador un papel más testimonial.

Por si todo esto fuera poco, ahora en el Ministerio de Economía se teme que alguna de las múltiples querellas que están presentando los antiguos accionistas del Popular pueda salpicar al Banco de España, ya que el organismo supervisor no puso objeciones a la polémica ampliación de capital de la entidad financiera en 2016 y podría demostrarse que las cifras aportadas por el banco para justificar las bondades de la operación no reflejaban la situación financiera real del Popular. Esta cuestión también preocupa a los inspectores del organismo supervisor.

“Nadie se creía las cifras del Popular y ni siquiera hoy se sabe con exactitud a cuánto asciende el tamaño del agujero. En este contexto la labor del Banco de España como organismo fiscalizador se ha diluido tras el cambio normativo que ha provocado que los inspectores tengan menos capacidad para poder dar la voz de alarma y obligar a la cúpula del organismo supervisor a tomar medidas cuando una entidad financiera tiene problemas”.

En este contexto la Asociación de Inspectores y Auditores Informáticos del Banco de España (AIBE) ha denunciado públicamente la pasividad de las autoridades españolas y europeas a la hora de evitar la caída del Popular, indicando además que no se cree la versión oficial que apunta a que la resolución se produjo ante un problema extremo de liquidez.

«Posteriormente se determinará si el fallecimiento era inevitable o no, pero en cualquier caso la perdida es irreparable. Especialmente triste si, tras mostrar los primeros síntomas hace tiempo, en lugar de proceder a una intervención terapéutica de restablecimiento de la salud se decidió permitir que la enfermedad siguiera su curso hasta convertirse en incurable», indica la AIBE.

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