Moody’s pone en entredicho la fiabilidad de los test de estrés bancarios tras la quiebra de Popular

Moody's Investor Service eleva en un escalón la calificación de la deuda subordinada de BBVA y la mantiene para Banco Santander, al tiempo que aumenta el rating de la deuda junior no garantizada a largo plazo de Sabadell y Bankinter.
Cartel de la agencia Moody's.

Las pruebas de esfuerzo a las que la Autoridad Bancaria Europea (EBA), más conocidos como test de estrés, someterá en 2018 a los mayores bancos de Europa «serán más duros» que en ediciones anteriores, según la agencia Moody’s. Ésta advierte, además, que aunque las pruebas volverán a señalar a los candidatos más débiles, la reciente intervención de Banco Popular, que superó el examen anterior, revela sus limitaciones a la hora de predecir futuras quiebras.

«Los test de estrés de 2017-18 serán más duros al incluir la nueva regla NIIF nº9, que requiere que los bancos provisionen todos los préstamos antes de su entrada en mora», señala Moody’s, advirtiendo de que, a pesar de los esfuerzos para armonizar las reglas y mejorar las pruebas, el caso de Banco Popular ha vuelto a revelar las principales limitaciones de los test de estrés a la hora de señalar potenciales quiebras, alimentando el escepticismo respecto a dichos exámenes.

De hecho, aunque los test de 2016 señalaron a Banco Popular como el más débil entre los seis bancos españoles que participaron en las pruebas, no se contaba entre los candidatos más vulnerables al tener en cuenta las medidas de capitalización adoptadas poco después de la fecha en que los tests recogieron su información.

De este modo, mientras Banco Popular registraba una ratio de capital CET1 relativamente débil del 7% en el escenario adverso, al contar con la emisión de derechos por importe de 2.500 millones cerrada al publicarse los resultados, la entidad pasaba a situarse segunda entre las españolas, con un 10%.

En este sentido, la calificadora de riesgos confía en que las pruebas de 2018 volverán a identificar a los «candidatos débiles», pero subraya que los resultados probablemente no sirvan para predecir de manera fiable la siguiente quiebra.

En cuanto a las características de los test de 2018, Moody’s apunta que la inclusión de la nueva regla NIIF nº9 podría tener un mayor impacto en los bancos afectados por bajas tasas de crecimiento y cuya calidad de activos se encuentra bajo presión.

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