Los vendedores de coches cargan contra Carmena: «La contaminación es una excusa para hacer política»

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(Foto: EFE)

El Plan A del Ayuntamiento de Madrid, puesto en marcha con el objetivo de convertir la capital en «una ciudad sostenible» y alejada de la contaminación, está en el punto de mira de la industria del motor. La Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios (GANVAM) sostiene que este objetivo es la excusa perfecta para «cambiar el modelo de ciudad y de movilidad».

Quizá el plan le suene más por medidas como circular a 70km/h en el interior de la M-30, prohibir a los vehículos más contaminantes el estacionamiento en la almendra central de la ciudad o poner más carriles bici para fomentar el transporte público. Son solo algunos ejemplos de las 30 claves inscritas en el plan municipal, que «por su inconsistencia parece más un ideario que un programa de acción riguroso y viable, con objetivos dudosos y medidas de corto alcance», aseguran desde GANVAM.

Y es que el plan A, impulsado por Manuela Carmena, «pierde de vista el objetivo principal, que es reducir la contaminación y confunde los fines que las distintas medidas restrictivas del tráfico pueden llegar a alcanzar». Los vendedores de coches acusan al programa de ser incoherente ya que el hecho de limitar la velocidad en la M-30 a 70km/h mientras mantiene los 100 kilómetros por hora en la M-40 «evidencia que lo que se busca es reducir la congestión del tráfico y no las emisiones».

Los datos de estas emisiones que además, según GANVAM, estarían basados en cifras de años anteriores. «Se basa en datos del año 2014 o el del parque rondante que corresponden a 2013 cuando ya existe un censo a cierre de 2016».

Reclaman al Ayuntamiento hacer un «Plan B»

Los vendedores de coches también critican el plan anticontaminación por sus restricciones de aparcamiento a los no residentes, ya que «tampoco reducirían la contaminación». Reducir los sitios para estacionar el vehículo «genera problemas de acceso, pero no elimina el tráfico de paso». Será en 2020 cuando los vehículos más contaminantes no puedan aparcar en las zonas del interior de la M-30. A partir de este año, «los vehículos sin distintivo ambiental de la DGT no podrán hacer uso de las plazas del ámbito del Servicio de Estacionamiento Regulado, excepto los residentes en su propio barrio», señala el plan de Calidad del aire y Cambio Climático.

Los coches más antiguos -y más contaminantes- no solo no podrán aparcar, sino que tampoco podrán circular a partir de 2025: esta medida afectará a los vehículos de gasolina matriculados antes del 2000 y los vehículos diésel anteriores a 2006. «En la práctica es regresiva, pues penaliza a las rentas más bajas», señalan desde Ganvam.

El presidente de la asociación, Juan Antonio Sánchez Torres, reclama hacer un ‘Plan B’ ya que «restringir el uso del coche privado, reducir la velocidad o limitar el aparcamiento no pueden ser las únicas soluciones para rebajar la contaminación» y sostiene que habría que poner el foco en el verdadero problema de la capital: el envejecimiento del parque.

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