Pascual pone a la venta Bezoya: su joya de la corona que factura 100 millones de euros anuales

Pascual pone a la venta Bezoya: su joya de la corona que factura 100 millones de euros anuales
Stand de Leche Pascual.

El Grupo empresarial Pascual ha colocado el cartel de «se vende» de la marca de agua mineral Bezoya, su joya de la corona, una enseña que factura 100 millones de euros anuales. A pesar de que

OKDIARIO ya avanzó el fracaso que supuso para la compañía el intento de internacionalización, motivo que ha llevado a la empresa láctea a tener que deshacerse de uno de sus principales activos. La empresa desmiente oficialmente que Bezoya esté en venta, aunque fuentes del sector han confirmado que el proceso está en marcha.

«La figura societaria propietaria de los activos y las marcas de Bezoya es Calidad Pascual SAU y en ningún caso dicho negocio, con sus activos y sus marcas se hayan puesto en venta», indica un portavoz oficial de la empresa.

Bezoya es una marca premium de alto valor y alto margen que puede llegar a valer entre 110 y 140 millones, y que podría interesar a grandes cerveceras con estrategias de diversificación. Nestlé y Danone, como líderes mundiales, tienen un despliegue bastante importante en España y no se espera que muevan ficha.

Tampoco Coca Cola European Partners, ya que no es su negocio core, aunque les podría interesar, llegado el caso, utilizar básicamente el agua a nivel promocional para mantener margen en su producto básico.

La situación de Pascual es muy compleja. Con unos ingresos de 690 millones de euros, lejos de los 900 millones de sus mejores años, pérdidas de 17 millones y una deuda que supera los 200 millones de euros. El negocio del grupo está en declive.

Y con la presión de los bancos por reducir deuda vía desinversiones, que ya practicaron con éxito con Zumosol, un negocio como Bezoya es toda una oportunidad para sanear su situación. Marcas como Biofrutas, de hecho, están también cayendo en ventas más de un 10% anual.

El Grupo acumula pérdidas de 55 millones de euros en los últimos cuatro años. Hace tiempo que se estudian estas desinversiones y por esto los nuevos packaging de Bezoya dejaron hace tiempo de lucir el logo o la mención de Pascual. Incluso el último cambio en la identidad de Pascual por Calidad Pascual no está  aun implementado en Bezoya.

Así, Leche Pascual, ahora denominada Calidad Pascual, ha ido dejando su buen historial empresarial mientras se cambiaba de nombre, en 2014, en lo que era otro golpe de timón que tampoco ha tenido muchos adeptos.

Tras acometer una reestructuración empresarial importante, ya en 2015, y un proceso de internacionalización que ha sido un fracaso, los Pascual volvieron a registrar pérdidas superiores a los 15 millones de euros en sus últimos resultados anuales.

Según sus propias cuentas, de hecho, Corporación Empresarial Pascual suma un lustro de pérdidas. En 2011, el grupo lácteo perdió 6,7 millones; en 2012, 9,6 millones; en 2013 las pérdidas ascendieron a los 19,1 millones; sumaron 2,4 millones más en 2014 y, finalmente, se dejaron 17,3 millones en 2015. En total, 55 millones de euros según sus últimas cuentas registradas.

La crisis del sector lácteo ha afectado de lleno a toda una gran empresa como era Leche Pascual, que se tuvo que labrar, como tantos otros españoles, un futuro fuera de nuestras fronteras.

India, Latinoamérica e incluso China fueron sus objetivos, pero el sueño no se ha hecho realidad y, aunque estaba previsto un objetivo concreto, ni se ha alcanzado, ni se cree posible alcanzar; si bien es cierto que en su página web dicen exportar a más de 60 países, sus ingresos internacionales apenas alcanzan el 5% del total.

El Grupo Pascual inició su andadura en 1969 y cuenta ya con una gama de más de 200 productos, 9 plantas, 22 delegaciones y 2.500 empleados. Pero lo cierto es que la reducción ha sido palpable: llegaron a deshacerse de una planta de producción de zumos en Andalucía por 40 millones de euros, cuando habían invertido 120 millones en ella. Lo mismo sucedió en otras provincias del norte de España, o con su segunda marca de leche, la desaparecida PMI.

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