Una guerra comercial EEUU-China provocaría una recesión mundial 

Ramón Tamames: «En economía Donald Trump no tiene razón en nada de lo que plantea»

Trump
Donald Trump. (Foto: AFP)

IMF Business School ha tenido el acierto de reunir esta semana a grandes economistas españoles para debatir sobre el flamante presidente estadounidense cuando lleva escasas dos semanas al frente de la Casa Blanca. Una de sus amenazas en campaña, era aplicar una tasa arancelaria a los productos chinos del 45% lo que podría provocar una guerra comercial con el gigante asiático. Eso por no hablar de su proteccionismo, de querer expulsar del país a 4 millones de inmigrantes sin papeles, a pesar de que Estados Unidos cuenta ahora con pleno empleo o su intención de reindustrializar el país recuperando deslocalizaciones.

Ramón Tamames, Catedrático de Economía y buen conocedor de China y EEUU, aseguró que las tesis de Trump son estériles y no tiene razón en nada de lo que plantea a nivel económico. «América no puede dejar la OMC porque es el tercer país del mundo en materia de comercio y porque sería convertir a China en el líder mundial en pocos años», advierte el anciano profesor.

También desmonta las tesis de que el nuevo presidente recupere empresas instaladas en México para volver a Estados Unidos pues los costes salariales son de 8 dólares por hora en el país hispanoamericano frente a los 25 dólares de Detroit, «por muy competitivos que sean esto no hay quien lo iguale», aseveró. Los 320 millones de habitantes norteamericanos están en desventaja frente a un país con 1.000 millones de personas más por lo que en un hipotético enfrentamiento comercial, los dos perderían. De hecho, Tamames afirma que llevaría al mundo a una recesión en dos años.

Juan Ignacio Crespo, Analista y Estadístico, pone el foco en que la suerte es que en EEUU sí hay una verdadera separación de poderes y el presidente no puede hacer todo lo que quiere y acarició la idea del impeachment si Trump no atiende a razones. Alertó de que desde el año 2008, en plena crisis, la guerra comercial ya se instaló haciendo decaer el comercio mundial con recortes en globalización y exportaciones.

Según Crespo América tardaría años en recuperar parte de la industria que el presidente quiere rescatar y recuerda que ya ha habido otros inquilinos en la Casa Blanca que han puesto en marcha políticas parecidas. La única diferencia es que Trump quiere disparar el gasto público, algo que es una anatema para los republicanos. «Hasta carece de infraestructuras suficientes para llevarlo a cabo y esto no se va a poder pagar sólo con la iniciativa privada», señala Crespo.

Por su parte, Félix López, agente comercial internacional, afirma que la capacidad de atención del presidente americano no excede de los 10 minutos y que sus consejos de administración están llenos de gente que le da la razón siempre. En contacto con gente del entorno de Trump, advierte de la fragilidad que tienen las relaciones comerciales y cómo determinados anuncios pueden empobrecer al mundo. López llega a calificar a Trump como el presidente más inculto de la historia americana.

El economista Lorenzo Dávila también alerta sobre los riesgos de entrar en una guerra comercial. Si los chinos, tenedores de gran parte de la deuda pública USA, se ponen a vender hunden el dólar y por tanto sus propios activos. Además, China, que está muy endeudada, continúa creciendo por vía de la exportación, si esto se para pueden tener un problema gravísimo, entrarían casi en quiebra con que les eleven un 20% los aranceles.

América es un gran exportador de productos agrícolas por lo que tiene mucho que decir en el precio de los cereales, en esta hipotética guerra comercial. A este respecto Tamames apunta que China liderará el mundo en pocos años pues tendrá más clase media que su competidor americano.

Los expertos citados coinciden en que una guerra comercial equivaldría a entrar en una batalla nuclear: todos pierden.

El único que aplaude una de las iniciativas de Trump es Juan Ignacio Crespo que da por buena la reforma fiscal que intenta implementar el magnate neoyorquino. Una reforma que consiste en eliminar el Impuesto de Sociedades (convirtiéndose en el primer país del mundo que lo hace) y sustituirlo por un IVA en el que las empresas puedan deducirse los costes salariales (lo que animaría el mercado de empleo) en vez de los financieros.

Europa también sufrirá, especialmente Alemania a pesar de que es el único país del mundo exportador neto a China. Los analistas piden a las autoridades comunitarias que dejen atrás el plan Marshall y se conviertan en un player mundial del comercio ahora que parece que ya no vamos a tener a los americanos cogiéndonos de la mano.

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